Los resultados del segundo aforo citrícola de la Comunidad Valenciana sitúan la cosecha de la campaña 2018/19 por encima de los 4 millones de toneladas, al igual que sucedió en la temporada 1997/98 y en el ejercicio 2006/07.
La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural ha difundido estos datos que confirman una producción total de 4.059.382 toneladas. Esta cifra supone un incremento del 4,2% con respecto al primer aforo publicado el pasado mes de septiembre (3.894.543 toneladas).
Respecto a la campaña 2017/18, que registró una cosecha de 3.168.382 toneladas, el incremento es del 28,1%. No obstante, en comparación con el balance del ejercicio citrícola 2016/17, supone un aumento del 2,9%.
Según ha informado la Conselleria, los datos del segundo aforo se obtienen como resultado de las revisiones efectuadas entre finales de octubre y principios de marzo en una selección de parcelas y variedades con el fin de corregir posibles desviaciones en las estimaciones de la cosecha en las variedades más tardías. La estimación sobre parcelas del primer aforo se realizó en agosto de 2018.
Uno de los datos que recoge que estudio es que tanto en la producción de naranjas como en la de mandarinas, se produce una variación al alza, siendo más importante en mandarinas, con un aumento del 7,6%, que en las naranjas (2%) o en limones (0,4%).
Según la Generalitat, ello se debe, principalmente, a las variaciones en la estimación de Clemenules y Navelina respecto al aforo de septiembre de 2018. Por otra parte, se estima que la cosecha de pomelo será de un 3,2%.
Primer aforo
El aforo citrícola de la campaña 2018-2019, que se presentó en septiembre de 2018 indicaba que se esperaba un aumento de cosecha significativo, debido, entre otros factores, a que la floración había sido abundante y el cuajado normal.
También se produjo un importante aclareo natural de los árboles (porgà), que en algunas zonas fue más intenso debido a los vientos de poniente y altas temperaturas, lo que resultó beneficioso dada la gran floración existente.
A pesar de que el desarrollo del cultivo fue normal en la mayoría de las comarcas productoras, los calibres se veían cortos desde un principio en la mayoría de variedades, sobre todo las de primera temporada y mediana estación, aunque también en las variedades tardías.
Tras el primer aforo, se produjeron episodios de lluvias torrenciales en los meses de octubre y noviembre de 2018, que causaron considerables daños en la fruta y afectaron a los calibres de la mayoría de las variedades, por lo que una parte importante de la cosecha no ha podido pasar al circuito comercial.