La cosecha de trigo blando de este año en Francia disminuirá a su nivel más bajo en 41 años, con 25,17 millones de toneladas, después de que las fuertes lluvias redujeran tanto la superficie de cultivo como el rendimiento, según ha informado Argus Media.
La unidad francesa de Argus es especialista en datos sobre materias primas y basó su estimación de producción en un rendimiento nacional previsto de 5,93 toneladas por hectárea, casi un 19% por debajo del promedio de los últimos cinco años.
A pesar de que el rendimiento previsto era superior al observado en 2016, cuando se estableció el mínimo actual para la producción de este siglo, la cosecha de este año se ha visto aún más reducida por una plantación mucho menor que hace ocho años, señaló Argus.
«Tenemos 900.000 hectáreas menos que en 2016, por lo que tenemos una cosecha aún peor», dijo Gautier Le Molgat, jefe de Argus Media Francia. «Hay que remontarse a 1983 y sus 24,5 millones de toneladas para encontrar una cosecha tan pobre en Francia».
La previsión de Argus es casi 10 millones de toneladas inferior a la producción del año pasado y dejaría a Francia con un excedente de exportación mucho menor.
Sin embargo, las grandes cosechas en otros importantes países exportadores como Rusia han frenado los precios del trigo, lo que ha llevado a los cultivadores franceses a pedir ayudas de emergencia para hacer frente a la pésima cosecha.
Las grandes cosechas en otros importantes países exportadores como Rusia han frenado los precios del trigo
Muchos analistas y comerciantes prevén que la producción francesa de trigo blando se sitúe por debajo del nivel de 2016, de 27,6 millones de toneladas, y las previsiones del mercado para 2024 rondan cada vez más los 25-26 millones de toneladas.
Además de las repetidas lluvias caídas desde la siembra del otoño boreal, los cultivos de trigo sufrieron temperaturas frías y sol limitado durante las etapas cruciales de crecimiento, además de niveles más altos de lo habitual de enfermedades y malas hierbas.
La cosecha está en sus últimas fases, pero las tormentas de la semana pasada retrasaron aún más el trabajo de campo y aumentaron la preocupación por los daños a la calidad.
La estimación de Argus se basó en una encuesta realizada entre los operadores de la industria del trigo entre el 1 y el 5 de agosto.
