En 2022, cerca de 258 millones de personas en 58 países se encontraban en una situación de crisis alimentaria aguda o «peor», frente a los 193 millones de personas en 53 países y territorios en 2021, según un informe publicado por la Red Global contra las Crisis Alimentarias (FAO, UE y Programa Mundial de Alimentos, PMA).
Se trata de la cifra más alta en los siete años de historia de este informe. Sin embargo, gran parte de este cambio refleja un aumento de la población analizada. En 2022, las crisis económicas fueron el principal factor de la crisis alimentaria, provocando la muerte por hambre de 83,9 millones de personas en 27 países y territorios. Según el informe, como consecuencia de la guerra en Ucrania y la pandemia del Covid-19, la subida de los precios de los alimentos y las graves perturbaciones de los mercados están socavando la capacidad de los países para responder a las crisis alimentarias.
Los conflictos y la inseguridad (117 millones de personas en 19 países y territorios), y los fenómenos meteorológicos extremos (56,8 millones de personas en 12 países y territorios) son los otros factores principales de la inseguridad alimentaria mundial.
El mayor peligro, advierte el informe, se produce cuando todos estos factores se suman: es el caso del Gran Cuerno de África (Somalia, Etiopía, Eritrea, Yibuti, Kenia y Sudán). Desde finales de 2020, estos países sufren la peor sequía de los últimos cuarenta años.
Casi el 70% de las personas que padecen inseguridad alimentaria en el mundo viven en zonas rurales
La situación es también muy preocupante en Afganistán, Yemen, Haití, el Sahel y la República Democrática del Congo, añade el informe. Dado que casi el 70% de las personas que padecen inseguridad alimentaria en el mundo viven en zonas rurales, el informe reclama ayudas financieras directas a los agricultores para darles los medios de producir, con el fin de invertir la tendencia.
«Las cifras del último informe hablan un lenguaje claro: estamos en medio de una catástrofe de hambre. Por cuarto año consecutivo, aumenta el número de personas gravemente afectadas por la inseguridad alimentaria. Además de los efectos de la crisis climática y las crisis económicas, las guerras y los conflictos siguen siendo los motores del hambre en todo el mundo. La comunidad internacional debe actuar ya con urgencia para evitar que millones de personas mueran de hambre», afirma el director de incidencia y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre, Manuel Sánchez-Montero.