Los beneficiarios de pagos directos (de todos ellos) deberán respetar las exigencias reglamentarias (relacionadas con el clima y el medio ambiente; la salud pública y la sanidad animal y vegetal; y el bienestar animal) así como las buenas prácticas agrarias y medioambientales.
Entre las exigencias reglamentarias figuran las directivas Nitratos, Aves, Hábitats, Bienestar animal, etc. En cuanto a las buenas condiciones agroambientales, hay cinco nuevas. Entre estas últimas figuran los criterios de reverdecimiento de la PAC actual.
Como sucede con otros elementos de esa futura PAC, se contemplan amplios márgenes de maniobra para tener en cuenta las especificidades locales
En consecuencia, se incorporan a la lista de requisitos el mantenimiento de la ratio de pastos permanentes, un mínimo de superficies no productivas (lo que serían las actuales superficies de interés ecológico), la rotación de cultivos (es decir, la actual diversificación), así como la utilización de instrumentos de gestión sostenible de los nutrientes (fertilizantes). Como sucede con otros elementos de esa futura PAC, se contemplan amplios márgenes de maniobra para tener en cuenta las especificidades locales. Se trataría, con esto, de simplificar el dispositivo de reverdecimiento, cuya complejidad se ha criticado mucho desde que entró en vigor.
Por otro lado, los Estados miembros deberán incluir en sus planes estratégicos un sistema de asesoramiento a los agricultores y otros beneficiarios de la PAC sobre gestión de las tierras y de la explotación. El sistema deberá abarcar asesoramiento sobre los requisitos de la condicionalidad, las exigencias incluidas en la directiva marco del Agua, en la directiva sobre Uso Sostenible de Pesticidas, las prácticas para la prevención del desarrollo de resistencias a los antibióticos, los instrumentos financieros, la gestión de riesgos o el apoyo a la innovación.