El campo español se juega mucho en las próximas elecciones generales para las que faltan cinco semanas y un día. Suponiendo que la legislatura que salga de la cita con las urnas el 23 de julio tenga una duración normal de cuatro años, nos habremos puesto en el verano de 2027. El Gobierno que se forme deberá afrontar muchos e importantes retos en Bruselas durante ese periodo de tiempo. Ahí van varios ejemplos. El primero es que se deberá cerrar en la capital comunitaria el nuevo Marco Financiero de la UE, del que dependerá la cantidad de dinero que llegue al bolsillo de los agricultores y ganaderos en concepto de ayudas directas a partir de 2028; es más que probable que se negocie una nueva PAC durante los próximos años. A más corto plazo, el nuevo Gobierno tendrá que hacer frente a la negociación de lo que falta del Pacto Verde europeo, con las propuestas sobre restauración de la naturaleza, el uso sostenible de los pesticidas o la nueva normativa sobre bienestar animal como asuntos estrellas. La defensa de la preferencia comunitaria en el marco de los acuerdos comerciales con terceros países serán otros asuntos prioritarios.
Es muy importante prestar atención a lo que propongan los diversos grupos políticos en sus programas electorales
En el caso de la política interna son muchos los problemas que afectan al campo a los que el nuevo Gobierno deberá prestar atención: desde la aplicación de la nueva PAC, hasta la política en materia de agua y regadíos, pasando por los problemas de la sanidad vegetal y animal, así como los derivados de los precios que perciben los agricultores y ganaderos y de sus costes de producción, sin olvidar también el trato fiscal para el sector agrario, la lucha contra la despoblación o la reforma del sistema de seguros agrarios, por citar tan solo algunos. Por eso es muy importante prestar atención a lo que propongan los diversos grupos políticos en sus programas electorales. De “los sanchistas” (antes el PSOE) y de los grupos más a su izquierda ya sabemos lo que se puede esperar, si nos atenemos a lo que han hecho durante estos últimos años.
En el caso del PP ya va siendo hora de que Feijóo ponga un poco de orden en el “no equipo agrario” popular, que más bien parece el ejército de Pancho Villa; la primera prueba de fuego será la elaboración del programa electoral. Los de Vox, por su lado, reclaman las competencias en materia agraria cuando participan en gobiernos de coalición. Sin embargo, en Castilla y León, única experiencia hasta ahora, los resultados del año largo que llevan al frente de la Consejería de Agricultura, tampoco son como para tirar cohetes. Un ejemplo: en esta región sigue sin haber todavía ayudas para hacer frente a la sequía. En resumen: que vienen elecciones, que el campo se juega mucho en ellas y que hay que prestar atención a los programas electorales para conocer sus propuestas, por si acaso algún partido político las cumple, una vez en La Moncloa.