El 1 de octubre comenzó oficialmente la campaña 2017/2018 de remolacha y azúcar, la primera en la que ya no habrá cuotas de producción.
Esto significa que no habrá límites para producir azúcar en la Unión Europea y, además, también se eliminan las restricciones a las exportaciones, que estaban limitadas a 1,3 millones de toneladas por campaña.
El comisario de Agricultura, Phil Hogan, ha querido recordar que, a pesar del cambio de política, se mantienen algunos mecanismos de protección para este sector. Por ejemplo, el régimen de almacenamiento privado en caso de perturbación del mercado, los derechos a la importación de azúcar procedente de algunos países terceros y la posibilidad de que Bruselas ponga en marcha medidas frente a una crisis grave.
Ha recordado también que los Estados miembros pueden conceder ayudas acopladas, como es el caso en España.
El precio del azúcar bajará en la UE
De cara a este nuevo entorno para el sector azucarero, las previsiones que se vienen manejando desde Bruselas apuntan a un incremento de la producción de remolacha, con el consiguiente aumento de la oferta de azúcar y una caída de los precios comunitarios de este producto.
De acuerdo con los últimos datos de la Comisión Europea, el precio del azúcar en el mercado comunitario estaba a finales de julio en 501 euros/tonelada. Desde principios de 2015 está orientado al alza (tras una fuerte caída en los tres años anteriores) pero lo previsible es que esa tendencia frene y cambie de signo a partir de la presente campaña debido al aumento de la oferta en el mercado de la UE y a una mayor disponibilidad también en el mercado mundial, que ha provocado una caída de las cotizaciones internacionales desde principios del presente año 2017.