«La agricultura europea no debe pagar la factura en el difícil contexto político del Brexit y de otras crisis geopolíticas. Los agricultores no deberían verse penalizados por el hecho de que la UE se enfrente a nuevos desafíos que precisen del desarrollo de nuevas políticas comunitarias. El presupuesto de la PAC debe, al menos, mantenerse en términos reales».
Los presidentes de las principales organizaciones agrarias de Alemania (DBV) y Francia (FNSEA), Joachim Rukwied y Xavier Beulin, se pronunciaban en estos términos tras un encuentro el 13 de enero cuyo objetivo era intercambiar su visión sobre el desarrollo del sector agrario en vísperas de las elecciones presidenciales en Francia y antes del comienzo de la campaña electoral en Alemania.
Ambos dirigentes agrarios coincidieron en señalar que, tanto en el marco de la simplificación de la actual PAC como en las negociaciones de cara al futuro de esta política, es crucial la cuestión de la estabilidad de las rentas de los productores. Por ello, piden que la PAC siga dotada con un primer pilar fuerte que permita a los agricultores hacer frente a la volatilidad de los mercados y a los riesgos. Los pagos directos «son una contribución esencial para garantizar las rentas de los agricultores» aunque, añaden, el año 2016 ha puesto de manifiesto que no son suficientes y que hay que reflexionar sobre los diferentes instrumentos de gestión de los riesgos que permitan reforzar la resiliencia de las explotaciones agrarias.