Según un proyecto de estudio de impacto, todavía en fase de finalización, sobre qué medidas aplicar para luchar contra la deforestación importada, la Comisión Europea podría proponer en diciembre ampliar el reglamento europeo sobre las importaciones ilegales de madera a otros cinco productos: aceite de palma, soja, carne de vacuno, cacao y café.
Este dispositivo, previsto en el marco del nuevo paquete legislativo sobre el clima, debería “evitar al menos el 29% de la deforestación derivada del consumo en la UE de los seis productos citados de aquí al año 2030”.
Poco a poco se van definiendo las líneas generales del dispositivo que prepara la Comisión Europea para luchar contra la deforestación importada. En un proyecto de análisis de impacto que circula por los pasillos de Bruselas se plantean una serie de opciones para limitar la importación de productos responsables de deforestación en el mundo, especialmente en el sudeste asiático, América del Sur o el oeste de África.
Según los estudios, la UE sería responsable de entre el 6% y el 10% de la deforestación mundial por la vía de sus importaciones. Los principales productos que la generan son el aceite de palma (en un 34%), la soja (33%), la madera (9%), el café (7%), la carne de vacuno (5%), el caucho (3,5%) y el maíz (1,5%). Y este fenómeno de deforestación importada está llamado a aumentar en los próximos años (de 2,3 millones de hectáreas en el período 2009-2019 a 2,5 millones entre 2020 y 2030), en particular por el cacao.
La propuesta de legislación, que la Comisión Europea podría presentar el 22 de diciembre, afectaría, por tanto, a una lista de seis productos de base de alto riesgo, que son: el aceite de palma, la soja, la madera, la carne de vacuno, el cacao y el café. Quedarían fuera dos: el caucho y el maíz. La opción por la que muestra preferencia el proyecto de evaluación de impacto se basa en un sistema de diligencia razonable obligatoria, con una clasificación de los países en función del riesgo -“bajo, normal y elevado”- y una definición de lo que se entiende por “ausencia de deforestación”.
En este dispositivo, los operadores tienen que demostrar “diligencia razonable” cuando comercialicen productos en el mercado de la UE con el fin de limitar al máximo el riesgo de vender productos responsables de deforestación. En los Estados miembros se crearán organismos de control para vigilar y hacer respetar la conformidad, con un mecanismo de informes similar al que existe ya en el reglamento europeo sobre la madera (para luchar contra el comercio de madera talada ilegalmente y sus productos derivados).
Este reglamento se derogaría y sería sustituido por el nuevo dispositivo, que, además de la madera, cubriría también el aceite de palma, la soja o la carne de vacuno. A pesar de las dificultades que plantea su aplicación, este sistema ofrece la flexibilidad necesaria para adaptarse a los modelos comerciales y a los perfiles de riesgo de los países, según el estudio de impacto.