La Comisión Europea ha decidido aplicar derechos antidumping provisionales a las importaciones de fertilizantes nitrogenados líquidos procedentes de Rusia, Estados Unidos y Trinidad y Tobago, tras una investigación preliminar. Estas importaciones se someterán a registro y podrían imponerse derechos definitivos antes del mes de octubre.
Las organizaciones agrarias de la Unión Europea están en contra de esta decisión de la que van a ser las víctimas colaterales debido a la previsible subida del precio de los abonos.
Tras una investigación abierta en agosto de 2018, a raíz de una queja del lobby europeo Fertilizers Europe, la Comisión Europea ha decidido aplicar, desde el 20 de marzo, derechos antidumping provisionales (que van del 16,3% al 39,3%) a las importaciones de mezclas líquidas de urea y de nitrato de amonio originarios de Rusia, Trinidad y Tobago y Estados Unidos, y someterlas a un registro obligatorio.
Bruselas considera que los industriales de estos países podrían estar beneficiándose de dispositivos que les permiten aplicar precios a la exportación inferiores a los aplicados en su mercado interior.
“La Comisión Europea no debería subestimar el impacto negativo y la presión suplementaria”
La decisión europea ha disgustado a las organizaciones y cooperativas agrarias de la UE (COPA-COGECA) que defienden, desde hace meses, la eliminación de todos los derechos arancelarios a la importación de fertilizantes en la UE.
“La Comisión Europea no debería subestimar el impacto negativo y la presión suplementaria” que la imposición de estos nuevos derechos antidumping, si se confirmaran, tendría en las rentas ya frágiles de los agricultores, subraya el COPA-COGECA.
Los fertilizantes representan la mayor parte de los costes en insumos de los agricultores europeos. Las soluciones de urea y de nitrato de amonio en solución pueden por sí solas representar hasta el 30% de los costes de explotación del agricultor, estima el COPA-COGECA.
Los derechos antidumping repercutirían directamente en los agricultores, lo que conduciría a un aumento de sus costes de producción de aproximadamente 2.000 millones de euros en un periodo de cinco años.