Los países de la Unión Europea han constatado en Bruselas la dificultad de que la futura Política Agrícola Común (PAC) entre en vigor a tiempo y algunos como España pidieron ayudas a los agricultores durante ese periodo de «prórroga».
El debate sobre la nueva PAC, para el periodo 2021-2027, se produjo en el Consejo de Agricultura en el que los ministros europeos abordaron los tres reglamentos que forman parte de la reforma, relativos a los Planes Estratégicos Nacionales, la financiación de las ayudas y la organización común de los productos agrícolas.
El ministro español de Agricultura, Luis Planas, consideró «muy previsible» el retraso de «al menos un año» en la entrada en vigor de la futura PAC, debido a la lentitud con la que avanzan las discusiones a nivel de la UE, ralentizadas por el calendario de las elecciones europeas y el «brexit. Esa demora podría incluso extenderse a dos años, según el ministro, que confió en que sea «lo más corta posible».
Para paliar sus efectos, España y «otros países» han pedido a la Comisión Europea «que asegure la continuidad del apoyo a nuestros agricultores y ganaderos», según explicó Planas a su llegada a la reunión. El ministro reiteró que España cree que no debería concluir el debate sobre los reglamentos sin conocer el marco financiero previamente. «Sin tener esa referencia no podemos seguir discutiendo», apuntó Planas.
Aparte de España, los titulares de otros países europeos se refirieron a la dificultad de llegar a un acuerdo sobre la reforma agrícola mientras no se cierre el presupuesto para el próximo periodo financiero.
«No vamos a alcanzar un acuerdo, no es el momento», dijo el ministro de Agricultura de Francia, Didier Guillaume, quien consideró «esencial» contar con un presupuesto «estable» para disponer de una PAC «robusta y común». Francia abogó por una PAC «sencilla, simplificada para hacerla fácil a los productores» e insistió en que, como primera política europea integrada y símbolo europeo, debe seguir siendo «común» y evitar su renacionalización.
En la misma línea se pronunció Irlanda, cuyo ministro dejó claro que «no es viable» una PAC que no esté dotaba de un presupuesto suficiente, dados los desafíos que tendrán que adoptar los productores.
El titular belga abogó por unas disposiciones más «flexibles» y pidió que la reforma agrícola tenga en cuenta la situación específica de Bélgica, donde la agricultura es una competencia regional, por lo que el país no puede disponer de un Plan Estratégico Nacional, según señaló.
Eslovenia se refirió al mucho trabajo «técnico y político» pendiente, mientras que Portugal pidió para la futura política agrícola un presupuesto «adecuado a los retos» y advirtió de que el país no podrá aprobar la reforma hasta que se conozcan las cifras.