El Gobierno de Castilla-La Mancha ha informado que va a ampliar a dos kilómetros la distancia mínima en la que no se podrá instalar una granja porcina de los núcleos urbanos.
Mediante un decreto, el Gobierno castellano-manchego aumentará la distancia entre las granjas y las ciudades. Esta medida ha surgido como consecuencia de las críticas de los vecinos por la proliferación de macrogranjas de cerdos.
La distancia mínima de una granja de porcino intensiva es un kilómetro. No obstante, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural ha optado por ampliar la distancia a dos kilómetros, debido a la problemática que existe en algunos municipios respecto a la instalación de las granjas por interferencias con otro tipo de actividades.
Según el consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, su objetivo es garantizar el respeto a las necesidades e intereses de los vecinos de determinadas poblaciones.
Asimismo, el consejero señaló que la ganadería intensiva es “muy necesaria”, ya que en Castilla-La Mancha hay “muchas empresas” invirtiendo no solamente en la granja en sí, sino también en la transformación del producto procedente del cerdo.