En su nuevo Plan de Acción para la Economía Circular, que se enmarca en la estrategia industrial de la UE, la Comisión Europea quiere garantizar que los bienes se conciban para durar, para que sean más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar y para reducir su impacto medioambiental y social a lo largo de todo su ciclo de vida.
Los sectores contemplados son los que utilizan más recursos y cuyo potencial de circularidad es alto, como los de la electrónica y TIC (tecnologías de la información y la comunicación), baterías y vehículos, envases, plásticos, textiles, construcción y alimentación. Una mayor durabilidad de los productos contribuirá a alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050.
Este Plan, uno de los principales elementos del Pacto Verde europeo, abarca diversas medidas dirigidas a que la elaboración de productos duraderos y sostenibles sean la norma en la UE y, al mismo tiempo, responsabilizar a los consumidores y reducir la generación de residuos.
En lo que respecta a la sostenibilidad de los productos, la Comisión ha anunciado que “propondrá legislación para una política de productos sostenibles, a fin de asegurar que los productos comercializados en la UE duren más, sean más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar, e incorporen en la medida de lo posible material reciclado en lugar de materias primas primarias”. Además, “se restringirán los productos de un solo uso, se hará frente a la obsolescencia prematura y se prohibirá la destrucción de bienes duraderos que no hayan sido vendidos”.
En cuanto al sector de la alimentación, la Comisión Europea adoptará una iniciativa sobre la utilización para sustituir los envases, la vajilla y la cubertería de un solo uso por productos reutilizables en los servicios alimentarios.
La Comisión indica asimismo, en su plan de acción, que fomentará la reutilización de agua, los enfoques circulares de la reutilización del agua en la agricultura, incluidos los procesos industriales. También se prevé un plan de gestión integrada de los nutrientes, con el fin de “garantizar una aplicación más sostenible de los mismos y de estimular el mercado de nutrientes recuperados”. Al mismo tiempo, la Comisión revisará las directivas sobre tratamiento de aguas residuales y lodos de depuración y evaluará las formas naturales de eliminación de nutrientes, tales como las algas.
Favorecer el bioplástico
En lo que respecta a los plásticos de origen biológico, que a menudo se presentan como una alternativa a la utilización de recursos fósiles, Bruselas propondrá en 2021 un marco político para los plásticos de origen biológico (obtenidos de la biomasa) y los plásticos biodegradables o compostables. El objetivo será garantizar que el abastecimiento y la utilización de plásticos de origen biológico se traducen en ventajas medioambientales reales.
Con este fin, este nuevo marco quiere “garantizar que el etiquetado de un producto ‘biodegradable’ o ‘compostable’ no lleva a los consumidores a error incitándoles a desechar de una forma que provoque residuos plásticos o contaminación derivada de condiciones medioambientales inadaptadas o de un tiempo de degradación insuficiente”. Por otro lado, la Comisión deberá asegurarse también de la aplicación en tiempo útil de la nueva directiva sobre los productos en plástico de un único uso aprobada en junio de 2019.
Condición para la neutralidad climática
En el marco de sus acciones transversales, la Comisión quiere, a partir de este mismo año, mejorar los instrumentos de medida, simulación y acción con el fin de “aprovechar las sinergias entre la economía circular y la mitigación del cambio climático y la adaptación a este último a nivel europeo y nacional”.
Todo este trabajo irá acompañado de la elaboración de un marco reglamentario, previsto para 2023, para la certificación de las absorciones de carbono, basadas en la naturaleza, principalmente por medio de la restauración de los ecosistemas, la protección de los bosques, la reforestación, la gestión sostenible de los bosques y el secuestro de carbono por la agricultura. Este marco, precisa la Comisión, se “basará en una contabilidad de carbono sólido y transparente que permita controlar y verificar la autenticidad de las absorciones de carbono”.
En opinión del vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde europeo, Frans Timmermans, “una economía enteramente circular será necesaria para llegar a la neutralidad climática de aquí al año 2050 con el fin de preservar nuestro medio ambiente natural y reforzar nuestra competitividad económica”.