El próximo 31 de marzo finaliza el régimen de cuotas lácteas, un sistema de control de la producción de leche de vaca que se creó en 1984, cuando la producción comunitaria era muy superior a la demanda.
Inicialmente se aprobó para un período de 5 años, pero se ha ido prorrogando hasta ahora.
Según Bruselas, la desaparición de este régimen es, al mismo tiempo, un desafío y una oportunidad para el sector.
Es un desafío porque los ganaderos tendrán que adaptarse a un nuevo escenario en el que, con toda probabilidad, van a sufrir una cierta volatilidad en los precios. Y una oportunidad porque la demanda de lácteos está en aumento a nivel mundial y el sector puede crecer si se concentra en los productos con mayor valor añadido.
Según la Comisión, no hay que esperar un aumento importante de la producción, al menos a corto plazo, dado que los precios no acompañan, ya que registran niveles bajos.
Los ganaderos afrontan esta nueva etapa con incertidumbre. En España habrá que ver si los cambios introducidos en las normas sobre contratación realmente sirven para mejorar la posición de los productores frente a las industrias.
