El pleno del Parlamento Europeo adoptó el martes su posición sobre la nueva directiva comunitaria relativa a los productos del tabaco.
Los eurodiputados se han pronunciado a favor de aumentar el tamaño de las advertencias sobre los efectos perjudiciales del tabaco para la salud y de prohibir los aromas y aditivos que lo hagan más atractivo.
Las advertencias sanitarias deberán cubrir el 65% de la superficie frontal y posterior de las cajetillas de tabaco (frente al 40% actual) y, además, irán situadas en el borde superior del envase, con lo que la marca tendrá que quedar en la parte inferior.
En cuanto a los aditivos y aromas quedarían prohibidos los aromas de frutas o los mentolados, aunque tras un período transitorio de varios años. Hay otros aditivos, como el azúcar, considerados esenciales para la producción de tabaco que sí estarían autorizados.
Una vez que el Parlamento ha adoptado su posición y el Consejo de Ministros la suya, pueden comenzar las negociaciones entre las instituciones comunitarias para llegar a un texto definitivo.
Según la Mesa española del Tabaco, las medidas que plantea el Parlamento ponen en riesgo más de 10.000 empleos en España y pueden suponer la pérdida de 1.700 millones de euros en recaudación fiscal, además de poner en peligro el cultivo y de incrementar el contrabando.
Sus responsables consideran que son restrictivas y desproporcionadas, que no están basadas en argumentos científicos y que no hay evidencias de que vayan a reducir el consumo de tabaco, en particular entre los jóvenes.
