Sí, sí. El titular es correcto. Estados Unidos ha puesto sobre la mesa un plan de ayudas a sus agricultores y ganaderos dotado con 19.000 millones de dólares. Mientras tanto, la Comisión Europea ha prometido medidas con una financiación por valor de 88 millones de euros, lo que supone unos 100 millones de dólares a todo tirar. Finalmente, en España, el Ministerio de Luis Planas anunció hace tres semanas y un día un plan de ayuda al ovino y caprino dotado con 10 millones de euros; a fecha de hoy seguimos sin saber nada del citado Real Decreto, que se tramitaba por la vía de urgencia.
Esas son las tres respuestas que se ha dado a un mismo problema, la crisis provocada por el coronavirus, que también está afectando, como no podía ser de otra manera, al sector agroalimentario.
Las cifras hablan por sí solas y no necesitan de más comentario. Por eso las repito: Estados Unidos, 19.000 millones de dólares; la UE, 88 millones de euros (unos 100 millones de dólares) y España 10 millones de euros, si es que llegan. Juzguen ustedes mismos la diferencia de trato.
Más datos: los de Washington ponen 3.000 millones de dólares para compras masivas de productos lácteos, de frutas y de carne. Los otros 16.000 millones de dólares serán en pagos directos para apoyar la renta de los agricultores y ganaderos.
Vale que faltan pocos meses para las elecciones y que Trump tuvo en el electorado rural uno de sus graneros. Pero las cifras anteriores son una prueba evidente de que Estados Unidos considera que su sector agroalimentario es estratégico y lo demuestra con esas cifras de apoyo.
En la UE se habla mucho de sector estratégico, pero, a la hora de la verdad, son solo 88 millones de euros. Y, qué decir de España y de su ministro Luis Planas: tan solo existe el anuncio de que pagarán, vaya usted a saber cuándo, 10 millones de euros a algunos ganaderos de ovino y caprino. Insisto: las cifras cantan.
Por César Lumbreras