El Banco de España ha alertado del riesgo que supone para las rentas más bajas el notable encarecimiento experimentado por los alimentos en el último año, dado que puede limitar el acceso a una alimentación saludable, al tiempo que obliga a las familias a reducir el gasto en otras cosas.
La entidad ha publicado un documento donde recoge también que el acusado repunte de los precios de los alimentos preocupa porque influye con especial intensidad en las expectativas de inflación de los consumidores, que son la base de sus decisiones de gasto, inversión o endeudamiento, lo que también puede acabar influyendo en la política monetaria.
Los alimentos, medidos en términos del índice armonizado de precios de consumo, alcanzaron en diciembre una subida del 13,8% en el área del euro y del 14,7% en España, «registros sin precedentes desde el inicio en las series estadísticas en 1997, que se sitúan muy por encima de los promedios históricos de entre 1997 y 2021».
De cara al futuro, explica que cabe esperar un cierta desaceleración del incremento de los precios de los alimentos en el área del euro y en España, dada la moderación recientemente observada en los precios de las materias primas.
Existe una elevada incertidumbre acerca de los efectos que pueda tener la sequía en Europa en 2022 sobre la producción agrícola y los precios de los alimentos
No obstante, advierte de que existe una elevada incertidumbre acerca de los efectos que pueda tener la sequía observada en Europa en 2022 sobre la producción agrícola y los precios de los alimentos en 2023.
Asimismo, señala que la guerra en Ucrania sigue siendo un foco de elevada incertidumbre desde el punto de vista de los precios de los alimentos, dada la relevancia de Rusia y Ucrania en los mercados mundiales de cereales.
De acuerdo con el análisis del Banco de España, los incrementos de los precios de consumo de los alimentos han sido muy similares en España y en el conjunto del área del euro, puesto que están ligados a factores de oferta globales, aunque el mayor peso que tienen los alimentos en la cesta de consumo española ha hecho que su contribución a la inflación general haya sido superior.
También se observa una cierta heterogeneidad en el repunte de las distintas clases de alimentos, entre los que el Banco de España destaca, por su intensidad y por su importancia en la cesta de consumo, los precios de los productos relacionados con los cereales y con la leche.