¿Se puede erradicar la tuberculosis bovina? Es la pregunta del millón para los ganaderos, sobre todo de extensivo, afectados por los positivos -o falsos positivos- de la enfermedad en sus reses. Librado Carrasco, catedrático de Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba, intervino en la ‘Sección de Innovación’ de Agropopular –emisión 10 de febrero- para poner algo de luz sobre este asunto.
Carrasco explicó que esta enfermedad afecta a tres grandes grupos de animales: a los que están enfermos con lesiones visibles;a los portadores sin lesiones visibles; y a los que están sanos.
“Los animales portadores sin lesiones visibles son los que están dando más problemas” porque es “difícil” detectarlos, ya que muchas veces reaccionan a las pruebas diagnósticas, pero macroscópicamente no se observa ninguna lesión. En cualquier caso, potencialmente son muy peligrosos puesto que llevan a la micobacteria.
«La campaña de erradicación se basa prácticamente en la prueba de la tuberculina»
A pesar de la gravedad de la situación, actualmente no hay ninguna prueba concluyente que detecte si el animal está en alguno de esos tres grupos. De hecho, Carrasco explicó que «la campaña de erradicación de la enfermedad se basa prácticamente en la prueba de la tuberculina, aunque da falsos negativos, con lo cual se mantendría parte de la enfermedad o de los animales portadores de la explotación y algunos falsos positivos”.
Soluciones ante el problema
El catedrático apuntó que la solución está en investigar la tuberculosis abordando dos puntos: por un lado, tener una batería de pruebas simultáneas para determinar con certeza la epidemia; y, por otro, proteger a los animales. “La protección se basa en crear una vacuna contra la tuberculosis bovina, como con el jabalí que ya tiene una vacuna experimental”, señaló.
Respecto a la información sobre esta enfermedad, Carrasco apuntó que se hizo mucho hincapié en formar a la gente que hace las campañas (los veterinarios), pero que a los ganaderos no se les ha formado correctamente. A su juicio, son actores fundamentales en una campaña de erradicación y hay que convertirlos en aliados. Para ello, “la única manera es enseñándole y dándole el conocimiento”.
Por ello, ha instado a las instituciones públicas y organizaciones agrarias a que den jornadas de formación sobre el motivo y el procedimiento de la erradicación.
Por último, señaló que es muy difícil dar con la clave de erradicar la tuberculosis en el vacuno ya que están en contacto con animales salvajes, pero que “hay que abrir varias puertas de lucha”. Por ejemplo, hacer una presión diagnóstica para averiguar qué animales están enfermos y son portadores, o estudiar medidas que permitan tener el sistema de producción de la dehesa pero, al mismo tiempo, limitando el contacto con la fauna libre y el vacuno.
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