España dejó de ser el primer proveedor de aceite de oliva en el mercado de Estados Unidos durante la campaña de comercialización 2019-2020 y se situó en segundo lugar después de Italia, según los datos facilitados por el Consejo Oleícola Internacional (COI). En ese periodo, las exportaciones españolas de aceite de oliva y de orujo de oliva cayeron el 34% en relación con la campaña anterior y se quedaron en poco más de 100.000 toneladas.
Según fuentes del sector, la causa fundamental fue el incremento de los aranceles decretado por la Administración Trump, medida que no afectó a Italia, que vendió casi 120.000 toneladas. También se dispararon los envíos de Túnez y Portugal. Considerando el tipo de envase, el 75% de ventas de España se realizaron a granel mientras que en el caso de Italia la mayor parte de sus envíos fueron en recipientes de menos de 18 kilos.
Las heladas en Francia han reactivado el mercado del vino
Por otro lado, el mercado del vino, que se encontraba muy deprimido, se ha reactivado algo en las dos últimas semanas. Según fuentes de Asaja en Castilla- La Mancha, ese cambio se debe a tres factores: las heladas en Francia y en Italia, que reducirán la producción en esos países; las suspensión con carácter temporal de los aranceles de EE UU, que ha animado las exportaciones, y la apertura de la restauración y la hostelería, que ha aumentado la demanda nacional.
Mientras tanto, Asaja, COAG y UPA no quieren que se utilicen los fondos del programa nacional de apoyo al sector del vino –el PASVE– para financiar medidas extraordinarias con ayudas de mercado.
Consideran que son necesarias debido a la situación creada por el coronavirus, pero reclaman que se financien con dinero ajeno al citado programa, ya sea procedente de Bruselas –la Comisión Europea se ha negado–, de fondos nacionales o de las comunidades autónomas.
Artículo de César Lumbreras publicado en el diario La Razón el 10 de mayo
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