Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha asegurado que debido a las condiciones agroclimáticas acontecidas en la campaña, la estimación de producción realizada al inicio de la misma difícilmente podrá cumplirse.
El motivo se debe al retraso en la maduración del fruto y la caída del rendimiento graso en las principales zonas productoras, por lo que la producción nacional se va a situar en torno a 1.270.000 toneladas.
Inicialmente, se estimaron para Andalucía 1.108.400 toneladas de aceite de oliva, de un total de 1.317.075 aforadas para todo el territorio nacional. Sin embargo, transcurridos los principales meses de cosecha, el balance ha revelado que se han producido únicamente 1.232.900 toneladas en España.
La Federación ha celebrado recientemente una reunión sectorial de aceite de oliva en la que ha analizado los últimos datos de la evolución de la cosecha a nivel mundial.
A nivel global, si se comparan las primeras estimaciones mundiales de producción realizadas por el Consejo Oleícola Internacional (COI) en noviembre con las realizadas por la Comisión Europea en los principales países productores hasta febrero, se confirman fuertes descensos productivos respecto la pasada campaña.
Por ejemplo, en Italia se van a producir solo 190.000 toneladas de producción, frente a 474.600 toneladas de la campaña anterior; en Grecia, se prevén unas 180.000 toneladas, frente a las 320.000 del ejercicio precedente; y en Portugal se aforan 83.000 toneladas en lugar de las 109.000 obtenidas el pasado año.
Según las cooperativas de Andalucía, si se suman estos descensos a la merma de la producción de países de la cuenca mediterránea, como Túnez, Marruecos y Argelia, «se puede concluir que al final de esta campaña se registrará una caída mundial de aproximadamente un 20% respecto a la campaña anterior«.
Además, dado que el ritmo actual de salidas mensuales se sitúa en 123.200 toneladas y las disponibilidades a nivel mundial para los próximos 7 meses, son escasas en el resto de países, Cooperativas considera que España es el mercado clave para abastecer la demanda mundial del aceite de oliva.
Esto se traducirá en que al final de la campaña España tendrá el segundo stock más bajo de la serie histórica, alcanzando lo que se denomina “stock técnicamente cero”, ya que hay que cubrir la demanda hasta que la siguiente cosecha esté a pleno rendimiento, lo que suele darse bien entrado el mes de noviembre.
