Según el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans «no ayudaríamos a la producción de alimentos haciéndola menos sostenible». Salía así al paso de las alusiones, en los últimos días, sobre que sería necesario revisar los objetivos de la estrategia «de la granja a la mesa» a la vista de que los mismos provocarán una disminución de la producción comunitaria de productos agrarios cuando lo necesario ahora es incrementarla y garantizar la seguridad alimentaria.
En unas declaraciones sobre la guerra en Ucrania y el impacto en la política climática y energética de la UE, ante la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, añadió que la respuesta no es aparcar la estrategia «de la granja a la mesa» y olvidarnos de trabajar para que el sistema alimentario sea más resiliente.
«Necesitamos –dijo- reducir nuestra dependencia de la potasa procedente de otros lugares, incluidos Rusia y Bielorrusia. Necesitamos reducir la cantidad de fertilizantes que necesitamos y tenemos que reducir los pesticidas que utilizamos». La estrategia «de la granja a la mesa» es parte de la respuesta y no parte del problema. «Y estoy más que dispuesto a discutir esto».
«Necesitamos reducir la cantidad de fertilizantes que necesitamos y tenemos que reducir los pesticidas que utilizamos»
Lo mismo sucede en el ámbito energético. Timmermans afirmó que «sería un error histórico sacar la conclusión, de este desafío de seguridad, diciendo que esto significa que el Pacto Verde y ‘Fit-for-55’ (el paquete energético propuesto por Bruselas) pueden quedar en un segundo plano». «Tuvimos un poco de eso hace dos años, con el Covid –dijo- y pronto descubrimos que el Pacto Verde ofrecía algunas de las respuestas fundamentales que necesitábamos para responder al desafío. Nos dimos cuenta de que necesitamos hacer que nuestra economía sea más resistente, más sostenible. Necesitamos aprovechar las oportunidades de la revolución digital. Y diría que estamos en una situación similar».
Para no depender de Putin en recursos energéticos esenciales tenemos que «acelerar nuestra transición a los recursos de energía renovable», subrayó Timmermans, quien añadió que para ello la respuesta es «producir nuestra propia energía» (eólica marina, solar, hidrógeno, biometano), diversificar las fuentes e invertir para reducir el consumo.
En este contexto, subrayó, el Pacto Verde y el paquete energético ‘Fit-for-55’ «no se han vuelto menos urgentes, sino posiblemente incluso más urgentes» porque «no podemos estar en esta situación, en la que dependemos de la energía rusa, que vendría con condiciones, como ahora». En consecuencia, «esta transición debe acelerarse».