El pleno del Parlamento Europeo aprobó el 19 de octubre, por 452 votos a favor, 170 en contra y 76 abstenciones, su posición sobre la estrategia «de la granja a la mesa» presentada por la Comisión Europea.
Los eurodiputados piden en su resolución que los objetivos relativos a la reducción del uso de fitosanitarios sean obligatorios, un aumento de la superficie de agricultura ecológica y la revisión de los estándares de bienestar animal. También consideran que los agricultores y ganaderos deben recibir una compensación justa por la producción de alimentos sostenibles y que debe atajarse el consumo de carne roja y alimentos ultraprocesados.
Los eurodiputados han subrayado la necesidad de mejorar la sostenibilidad en todas y cada una de las fases de la cadena de suministro alimentario y reiteran que todos —del agricultor y el ganadero al consumidor— desempeñamos un papel. Para que los productores puedan llevarse una parte justa de los beneficios obtenidos con alimentos producidos de forma sostenible, piden a la Comisión que redoble sus esfuerzos para fortalecer la posición de estos en la cadena de suministro, adaptando si hace falta las normas sobre competencia.
– Fitosanitarios. En materia de fitosanitarios, el pleno del Parlamento Europeo quiere que los objetivos de reducción de su uso sean vinculantes y que los Estados miembros los recojan en sus planes estratégicos de aplicación de la PAC. Por otro lado, plantean una mejora del proceso de aprobación de los plaguicidas y un mayor control de su utilización, para proteger a los polinizadores y la biodiversidad.
– Emisiones de gases de efecto invernadero. Las normas dirigidas a alcanzar los nuevos objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero presentadas por Bruselas (el paquete de propuestas «Objetivo 55» para 2030) deberían regular y establecer unas metas ambiciosas para las emisiones procedentes del sector agropecuario y del uso que este hace de la tierra, incluidos unos criterios estrictos para las energías renovables que funcionan con biomasa. Asimismo, los parlamentarios consideran que deben restaurarse y mejorarse los sumideros naturales de carbono.
– Bienestar animal. Para avanzar en la armonización de las normas de bienestar animal a nivel comunitario piden indicadores comunes sobre bienestar animal, con el suficiente respaldo científico. Es necesario asimismo revisar la legislación europea vigente y decidir si hacen falta cambios y apoyan el fin gradual del uso de jaulas en la ganadería. Respecto a las importaciones, el Parlamento reclama que los productos de países terceros solo puedan acceder al mercado comunitario si cumplen unas normas asimilables a las europeas.
– Agricultura ecológica. En relación con la agricultura ecológica, los parlamentarios apuntan que en 2030 deberá haberse ampliado la superficie dedicada a cultivos ecológicos y que hacen falta iniciativas para fomentar la demanda (acciones de promoción, medidas fiscales, contratación pública).
– Menos carnes y ultraprocesados. Por último, la resolución pide que se formulen unas recomendaciones de la UE sobre nutrición que estén científicamente avaladas. También atajar el consumo excesivo de carne y de alimentos ultraprocesados con alto contenido en sal, azúcar y grasas, fijando incluso unos niveles máximos de ingesta.
Informes de impacto
En el marco de la estrategia «de la granja a la mesa», la Comisión Europea tiene que presentar un buen número de propuestas legislativas, un proceso que ya ha iniciado. Los eurodiputados han insistido en la necesidad de que Bruselas lleve a cabo evaluaciones de impacto científicas antes de presentar cualquier propuesta.
Durante el debate sobre la estrategia en la sesión plenaria, muchos parlamentarios lamentaron la publicación tardía, por parte de la Comisión, del informe de su Centro Común de Investigación sobre el impacto de la misma. Hay que recordar que recientemente ha trascendido que Bruselas disponía de ese estudio en enero de este año y que no lo hizo público hasta agosto.
El PP en contra
La secretaria de Agricultura y Despoblación del PP, Milagros Marcos, y el eurodiputado Juan Ignacio Zoido, anunciaron en vísperas de la votación que los parlamentarios españoles del PP no apoyarían esa posición porque la consideran «un ataque contra la sostenibilidad de las explotaciones españolas y a la rentabilidad de las explotaciones agrarias».
El PP ha subrayado que, desde que Bruselas presentó sus estrategias «de la granja a la mesa» y «biodiversidad 2030», ha mantenido una «posición firme en defensa de la sostenibilidad ambiental ligada a la rentabilidad y competitividad de las explotaciones agrarias; frente a imposiciones poco realistas, basadas en planteamientos ideológicos, carentes de rigor científico, que solo conducen al abandono de las explotaciones y a la dependencia alimentaria del continente europeo».