El instituto Europe Jacques Delors estima en un informe reciente que “lo que importa es la seguridad alimentaria, que implica la apertura de los intercambios, más que la soberanía alimentaria, que tiende a implicar proteccionismo”. Sobre esa base plantea ideas para la reflexión para integrar la PAC en el Pacto Verde. Es indispensable alinear la PAC a la estrategia `de la granja a la mesa´ y, de manera más global, a los objetivos del Pacto Verde. Eso es lo que plantea en un informe publicado recientemente el centro de reflexión Europe Jacques Delors, que lanza ideas para conciliar ambas políticas.
Sin embargo, advierten los autores –entre ellos el antiguo director general de la OMC, Pascal Lamy, y la directora del instituto Jacques Delors, Geneviève Pons, así como Isabelle Garzón y Sophia Hub– “lo que importa es la seguridad alimentaria, que implica la apertura de los intercambios, más que la soberanía alimentaria, que tiende a implicar proteccionismo”.
Según ellos, la relocalización no conducirá necesariamente a una alimentación más sana, a una mayor resiliencia frente a los choques económicos y medioambientales, ni protegerá a la cadena alimentaria del cambio climático. Subrayan también que “las condiciones geográficas determinan el tipo y la cantidad de alimentos que pueden producirse y que la diversidad de los alimentos que disfrutamos depende de los intercambios con el resto del mundo. El comercio de productos agrarios y alimentarios es, por tanto, razonable para garantizar una cantidad y una calidad adecuados, una diversidad, una eficacia (en términos económicos y medioambientales) y precios asequibles”.
Partiendo de estas afirmaciones, el instituto Jacques Delors propone tres elementos centrales para la aplicación de los objetivos del Pacto Verde: una estrategia comercial adecuada para responder a las preocupaciones de competencia desleal de las importaciones, una vía de descarbonización clara para el conjunto de la cadena de valor y un entorno favorable para los consumidores (con dispositivos de etiquetado y de trazabilidad).
Medidas en las fronteras
En relación con la política comercial, el informe sugiere: poner en marcha medidas en las fronteras que apliquen a las mercancías importadas normas medioambientales idénticas o similares a las exigencias que se imponen a la producción de la UE; continuar con los acuerdos bilaterales con los socios comerciales sobre normas medioambientales más estrictas; y redinamizar la cooperación multilateral sobre la armonización de las normas para el sector agroalimentario.
Con el fin de acelerar la descarbonización del sector agrario, los autores cuentan con un mejor acompañamiento de los cambios (incluida la transformación de las industrias de insumos) así como con el potencial de las tecnologías, de la digitalización y de los instrumentos financieros para favorecer las transiciones.
Advierten, no obstante, que esta transformación verde del sistema agroalimentario de la UE no será un éxito si no incluye a todas las partes implicadas en la cadena de valor, empezando por el sector de insumos y la producción primaria, pasando por la transformación, el transporte y la venta al por mayor y minorista y terminando por el comercio internacional y el consumo.
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