La Comisión Europea está ultimando su futura estrategia “metano”, dirigida a reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero, que presentará en las próximas semanas. El proyecto que circula en el seno de las instituciones no incluye objetivos concretos de reducción por el momento. En lo que respecta a la agricultura, responsable de más de la mitad de las emisiones de metano de origen antrópico, se trata en primer lugar de evaluar de forma precisa esas emisiones y apoyar las innovaciones (gestión de efluentes, alimentación animal, producción de biogás) que permitan su reducción.
El proyecto de futura estrategia europea sobre el metano se espera para septiembre u octubre. El texto, que circula ya por las instituciones europeas, recoge un enfoque holístico que abarque los tres sectores responsables de las emisiones antrópicas de metano en la UE –la agricultura (responsable del 53% de las emisiones), los desechos (26%) y la energía (19%)- sin fijar, de momento, objetivos concretos de reducción.
En lo que respecta a las emisiones agrarias, la Comisión propone poner en marcha en el primer semestre de 2021 un grupo de expertos con el fin de mejorar la vigilancia de las emisiones por parte de los Estados miembros por medio de una mejor recogida de datos centrados en la gestión del ganado, la gestión de los alimentos para el ganado o incluso las características de estos alimentos. Sería una primera fase antes de desarrollar soluciones tecnológicas para reducir las emisiones, que se pondrán a punto con el apoyo del programa de investigación de la UE Horizonte Europa.
La dificultad de evaluar las emisiones agrarias
El metano es el segundo gas de efecto invernadero más importante después del dióxido de carbono. Su potencial de calentamiento global es 28 veces superior al del CO2 durante un período de 100 años y 84 veces más alto en una escala de 20 años, según el Grupo de expertos intergubernamental sobre la evolución del clima (GIEC). La principal fuente de emisiones de metano en el sector agrario es la fermentación entérica, seguida por la gestión del estiércol y el cultivo del arroz.
Las emisiones de metano de la agricultura europea han disminuido en torno a un 21% respecto a 1990 pero en los últimos cinco años han registrado un repunte. Sin embargo, en la hoja de ruta que ha sometido a consulta pública desde mediados de agosto, la Comisión Europea admite que las emisiones de metano de la agricultura no pueden reducirse a cero y son más difíciles de vigilar, comprobar y declarar con precisión, lo que requiere métodos claros para determinar correctamente los esfuerzos de reducción.
Oportunidades
Bruselas estima que el metano procedente de la agricultura representa una oportunidad comercial para los agricultores que conviene explorar plenamente por su potencial en términos de reducción de emisiones así como de creación de empleos y diversificación de ingresos. Existen toda una serie de tecnologías de atenuación para luchar contra las emisiones de metano relacionadas con la alimentación, la gestión de los rebaños, la gestión del estiércol (aplicación de abonos y producción de biogás), la sanidad, la productividad y el bienestar de los animales.
El ejecutivo europeo subraya que “puede disponerse de algunas de estas tecnologías a un coste bajo y que pueden aportar ventajas adicionales a las explotaciones agrarias, aunque conviene superar obstáculos tales como la falta de conocimientos y de experiencia”. No obstante, la Comisión va a abordar los obstáculos existentes y los posibles incentivos, en particular para reforzar la captación de metano procedente de la digestión anaerobia y de la producción de biogás.