El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha anunciado que «actualizará» el proyecto de normativa para «clarificar el etiquetado de la miel» que redactó hace unos meses y adaptarlo así a la directiva comunitaria, tal y como ha recomendado la Comisión Europea (CE).
El Gobierno español ha tomado esta decisión tras conocer los dictámenes de la Comisión en relación con el etiquetado de la miel enviados a Bruselas por España, Francia y Portugal, en los que el Ejecutivo comunitario señala que «la regulación europea establece ya condiciones de etiquetado».
Los aspectos técnicos del proyecto de norma española que la Comisión ve contrarios a la Directiva 2001/110/CE relativa a la miel se refieren especialmente al porcentaje de mezclas y a las menciones al tratamiento térmico.
El dictamen apunta que el proyecto español «sería contrario a la Directiva 2001/110 si se adoptara», entre otras cuestiones, porque «impone la obligación de mostrar los países de origen en orden descendente de peso, seguido de la indicación para cada país del porcentaje que su miel constituye en la mezcla final», además de porque «impone la obligación de indicar que la miel ha sido tratada térmicamente».
Desde el Ministerio han asegurado que continuarán «con la elaboración de la nueva norma» -que modifica el Real Decreto 1049/2003-, «ajustándola a los requisitos planteados por la CE». Asimismo, han recordado que el ministerio, «atendiendo las peticiones del sector apícola y de los consumidores», inició un proyecto de modificación para introducir «importantes novedades en la normativa española de la miel».
La secretaria general de la Asociación Española de Comerciantes y Envasadores de Miel (Asemiel), Rebeca Vázquez, subrayó que «lo ideal sería que fuera una norma de aplicación europea y no solo nacional para evitar situaciones de distorsión en el mercado comunitario» que, a su juicio, no interesan al sector español.
Desde `Etiquetado Claro Ya´, Mario Navarro, avanzó que quieren, «que se apruebe la modificación del Real Decreto 1049/2003», cuanto antes, pero «identificando en las etiquetas el país de origen donde se cosechan las mieles».
En este sentido apuntó que lo que se quería evitar con el borrador del MAPA es que un consumidor pueda adquirir un envase de mezcla de mieles que en su etiqueta ponga «fabricado en España» sin precisar que de su volumen solo el 5 % procede de colmenas españolas y el 95 % restante es originario de China.