En una carta enviada recientemente al comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, un grupo de 45 eurodiputados pide una reforma profunda de la directiva sobre la miel (que se espera para este primer semestre de 2023) con el fin de que se precisen los países de origen de la miel importada en las etiquetas. Denuncian, en particular, las distorsiones de competencia que crea este tipo de miel, que a menudo se utiliza en las mezclas debido a su bajo precio.
Para defender los intereses de los apicultores europeos, los parlamentarios invitan a la Comisión a establecer normas de etiquetado más vinculantes, que obliguen a indicar cada país de origen, por orden decreciente, y el porcentaje de miel que hay de cada uno en la mezcla, con el fin de que el consumidor tome sus decisiones de compra y de mejorar el valor añadido de los productos europeos en el mercado. Esa medida debería ir acompañada de acciones promocionales para poner en valor la calidad y la diversidad de las mieles europeas.
Por otro lado, los eurodiputados piden que se actualice la lista de métodos de análisis para verificar la conformidad de la miel y mejorar la trazabilidad del apicultor al consumidor. Advierten que todo ello debería ir acompañado de unas mínimas normas obligatorias y armonizadas con la introducción de códigos de identificación para todos los productos importados o producidos en la UE.
Un total de 20 Estados miembros defendieron también la mayoría de estas propuestas en una nota presentada en el Consejo Agrícola del pasado 30 de enero.