Tras la caída registrada en 2018, las exportaciones españolas de ovinos vivos se están recuperando este año, de acuerdo con los datos que maneja el Ministerio de Agricultura. En los primeros seis meses de 2019 se situaron cerca de las 650.000 cabezas, frente a las aproximadamente 400.000 exportadas en el mismo período de 2018. Están incluso por encima de las vendidas en 2017, que rondaron las 550.000 cabezas.
El incremento se debe a mejoras en los principales mercados de destino. Los envíos al primero de ellos, Libia, crecieron el 17,2% en el primer semestre del año. Las ventas a Alemania se han multiplicado por cuatro, las destinadas a Portugal han aumentado el 15,4% y también se han incrementado considerablemente los envíos a Rumanía, Libia e Italia. De entre los principales mercados del ovino vivo español sólo se ha resentido Francia, con una caída del 9,7% respecto al primer semestre de 2018.
El año 2018 se cerró con unas exportaciones totales de 1,012 millones de cabezas, un 7,7% menos que en 2017. En valor la caída fue del 13,5%, hasta los 129,32 millones de euros.
Las importaciones también crecen
Las importaciones en nuestro país de ovino vivo también han crecido, aunque en menor medida. Hasta junio rondaban los 140.000 animales, frente a los aproximadamente 120.000 del primer semestre del año pasado.
Aumentaron, sobre todo, las entradas procedentes de Francia (+21,3%) y Portugal (+72,8%), mientras que disminuyeron las de Italia -49,3%).
En 2018 las importaciones totales de ovinos vivos en España disminuyeron en un 20,8% respecto al año anterior y se situaron en 270.073 cabezas, por valor de 14,12 millones de euros (-9,7%).
El consumo continúa a la baja en España
Por otro lado, el informe de indicadores del sector ovino correspondiente a 2018, publicado recientemente por el Ministerio de Agricultura, muestra una nueva caída del consumo de carne de ovino y caprino fresca ese año en nuestro país.
En total se situó en 62.358 toneladas, lo que supone una disminución del 8,5% respecto al año anterior. En 2008 rondaba las 116.000 toneladas.
El consumo per cápita fue el año pasado de 1,33 kilos, frente a 1,46 kilos en 2017. En 2011 se superaban los 2 kilos por persona y año.