En su último informe sobre perspectivas de los mercados a corto plazo, la Comisión Europea constata que los agricultores comunitarios pagaron un alto precio por los fertilizantes nitrogenados en 2022 de cara a las cosechas de 2023.
Sin embargo, ya en el otoño de 2022 se observó una bajada de los precios y la situación es distinta este verano: las compras que se realicen para las nuevas siembras, de cara a las cosechas de 2024, tendrán precios más bajos debido a que el gas natural está más moderado y a que las existencias de este tipo de abonos son significativas.
Las importaciones se vieron favorecidas por la suspensión de aranceles a ciertas importaciones de amoníaco y urea
Las importaciones de fertilizantes nitrogenados aumentaron considerablemente en 2022 y en los primeros meses de 2023, lo que permitió compensar, según la Comisión Europea, el cierre de una parte significativa de la capacidad de producción de amoníaco de la UE. Esas importaciones se vieron favorecidas por la suspensión de aranceles a ciertas importaciones de amoníaco y urea entre diciembre de 2022 y junio de 2023.
La bajada de los precios del gas natural permite que las plantas de amoníaco de la UE reanuden gradualmente su actividad. Aunque en los últimos meses han disminuido las importaciones, Bruselas estima que la disponibilidad de fertilizantes nitrogenados en la UE es importante.
En el caso de los abonos fosfatados y potásicos la situación es diferente. Las importaciones están en descenso prácticamente desde 2021 y los precios han bajado, pero menos. Según la Comisión, esto indica que los agricultores han optado por la fertilización con productos nitrogenados frente a los fosfatados y potásicos por segundo año consecutivo, algo a tener en cuenta de cara a la próxima cosecha.
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