La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta de Extremadura ha confirmado esta semana la presencia del virus de la Fiebre del Nilo Occidental en tres caballos pertenecientes a tres explotaciones de la comarca ganadera de Don Benito (Badajoz), tras la actuación de los Servicios Veterinarios Oficiales que recibieron la notificación de sintomatología compatible.
Las dos primeras explotaciones se encuentran ubicadas en Don Benito y, la tercera, en Navalvillar de Pela.
Según el Gobierno extremeño, se ha aplicado la vigilancia pasiva establecida en el Programa nacional de vigilancia de la Fiebre del Nilo Occidental (FNO) en animales, que sirve a las autoridades de Salud Pública como sistema de alerta precoz de posible presencia de la enfermedad en personas, con objeto de adoptar las medidas preventivas adecuadas.
Once focos de Fiebre del Nilo en todo el país
Con estos últimos casos confirmados, en total son 4 los focos de Fiebre del Nilo en Extremadura detectados en caballos este año.
En el resto de España, se han notificado 11 focos de esta enfermedad en équidos en Andalucía, Valencia y Cataluña. Durante el año pasado, en Extremadura, se declararon 3 focos.
El virus del Nilo Occidental (VNO) es un virus transmitido por mosquitos, principalmente del género Culex. Los reservorios principales del virus son las aves silvestres y que los caballos, son un fondo de saco epidemiológico y no contagian a otros caballos ni a las personas.
El VNO es, en la actualidad, el Arbovirus más extendido en el mundo, encontrándose presente en todos los continentes, excepto en la Antártida, por lo que su prevención se basa, fundamentalmente, en la utilización de medidas que minimicen el riesgo de exposición a posibles vectores en las zonas de alto riesgo, tales como el uso de repelentes y/o desinfectantes y evitar salidas al exterior en las horas de máxima actividad del vector.
Finalmente, cabe señalar que existe la posibilidad del uso de vacunación preventiva en équidos, especialmente en aquellas zonas consideradas de mayor riesgo o en aquellos animales que viajen o tengan previsto viajar a estas zonas, aunque no debe utilizarse de manera sistemática, y debería aplicarse, solo, en caso de que se produjera una verdadera explosión de focos en una zona determinada.