Ya ha pasado un año de la borrasca Filomena, que dejó fuertes nevadas en buena parte de la península ibérica y sus efectos afectaron de forma desigual al campo. Uno de los afectados es Domingo Alonso García, que tiene una explotación de olivar superintensivo en Aranjuez (Madrid) y que sufrió cuantiosos daños.
Detalló que tuvieron que podar en cruz el 95% de la plantación, y a pesar de que «el olivo vuelve a nacer, con todos los trabajos de poda y demás, se retrasa la entrada de producción dos o tres años como mínimo». Actualmente, no ha recibido ningún tipo de ayudas «a pesar que el Gobierno aprobó en mayo un real decreto, del cual no ha salido todavía el reglamento, y donde recogía que serían las Comunidades Autónomas las que gestionarían las ayudas», explicó el agricultor.
En este sentido, señaló que Castilla-La Mancha, que está a siete kilómetros de su plantación, en el mes de septiembre ya aprobó las medidas financiadas por el FEADER un 75%, un 17,5% por la Junta de Castilla-La Mancha y un 7,5% por la administración del Estado, en la que especifica incluso las ayudas en cada olivar.
Sin embargo, según expuso en antena, no tiene noticias por parte de la Comunidad de Madrid. «Le escribí a la consejera en diciembre y no he recibido contestación ni ningún tipo de ayudas», concluyó el afectado.
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