Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Extremadura… son algunas de las Comunidades Autónomas en las que los conejos están causando estragos en las explotaciones agrícolas. Durante los últimos meses, y especialmente en los últimos días, se han multiplicado las quejas de los agricultores y las concentraciones de protesta y manifestaciones convocadas por las organizaciones agrarias.
No es un tema nuevo ni mucho menos, pero es verdad que se va agudizando con el paso del tiempo, sin que se ponga coto al problema ¿Dónde se refugian los conejos que provocan los daños? Pues una parte en los terraplenes y zonas aledañas a las autopistas, autovías y carreteras, que dependen en su mayor parte del Ministerio de Fomento, con Iñigo de la Serna al frente; también en los montículos que se han formado cuando se han construido las vías del AVE, que dependen de ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) presidido por Juan Bravo.
Asimismo, en los ribazos de los ríos, que están en manos de las Confederaciones Hidrográficas, que tampoco hacen mucho, ni por buscar una solución, ni por la limpieza de los márgenes de los cauces. Por otro lado, está la abundancia de estos animales en los cotos de caza de muchos pueblos de España.
Entre todos los afectados habrá que buscar soluciones al problema. Para comenzar, los responsables del Ministerio de Fomento, de ADIF y de las Confederaciones Hidrográficas deben ser conscientes de que el asunto también va con ellos y deben asumir sus responsabilidades.
Las Consejerías correspondientes de cada Comunidad Autónoma, que en bastantes casos no son las de Agricultura, tienen mucho que decir en cuanto a la gestión de los cotos de caza. Los titulares de estos últimos y los agricultores que se ven afectados, otro tanto.
Por último, es necesario modificar la línea de seguros por daños de la fauna silvestre. El agricultor que suscribe esta póliza no es culpable de la existencia de conejos un año sí y otro también.
Sin embargo, desde el Monopolio Agroseguro le consideran culpable y las penalizaciones que impone cada año hacen que esta línea de seguros termine siendo inservible. Toca que los del Ministerio de Agricultura se pongan las pilas y vigilen la actuación de Agroseguro. En resumidas cuentas, el de los conejos se ha convertido en un problema grave y hay que buscar una solución más pronto que tarde.
