La producción española de forrajes deshidratados se situó en 1.263.941 toneladas en la campaña 2022/23, que finalizó el pasado 31 de marzo, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA).
Esa cifra supone una caída del 13% respecto a la obtenida en la campaña anterior que se debió a una disminución de la superficie destinada al cultivo de forrajes (-8%) unida a un rendimiento bajo respecto a campañas anteriores por la falta de agua para riego y por las elevadas temperaturas, que facilitaron la aparición de plagas. Salvo en Andalucía, la producción bajó en las demás regiones productoras.
Comercialización
En cuanto a la comercialización, la asociación ha calificado de positiva la campaña 2022/23: «comenzó con una gran demanda, lo que hizo que conforme se iba produciendo se iba vendiendo el producto, tanto al mercado nacional como internacional; a medida que fueron transcurriendo los meses la demanda continuó sólida, notándose cierto parón a partir de febrero, cuando ya la mayoría de las empresas habían comercializado casi la totalidad de su producción».
De cara a la nueva campaña las previsiones son pesimistas debido a la sequía, que podría reducir la producción en un 50%; «incluso alguna industria puede que tenga que cesar la actividad», apunta la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada.