Francia ha decidido prohibir la importación de cerezas tratadas con fosmet, un insecticida que no puede utilizarse en la Unión Europea desde 2022.
La Comisión Europea rechazó a principios del año pasado renovar la autorización de esta sustancia, utilizada en la lucha de ciertas plagas, entre ellas, la Drosophila suzukii, una pequeña mosca invasora que llegó a Francia hace una década. El Gobierno francés ha pedido también que adopte esa prohibición a nivel comunitario.
Los agricultores franceses temen una reducción de sus cosechas
Las autoridades galas han utilizado como argumentos los “riesgos inaceptables para los operadores, trabajadores, transeúntes y residentes” ya señalados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA).
Por otro lado, la prohibición del uso de fosmet en la UE es motivo de preocupación entre los agricultores franceses, que temen una reducción de sus cosechas y que ya el pasado mes de enero protagonizaron actos de protesta. Según ellos, las sustancias todavía autorizadas requieren más tratamientos para lograr una eficacia que al final es menor.
Medidas de acompañamiento
Pocos días después de aprobar esa prohibición, el Gobierno francés presentó medidas de apoyo a los agricultores afectados por la prohibición de utilizar esta sustancia en la UE.
Las autoridades estudian “la viabilidad de una ayuda financiera excepcional” por las pérdidas en la producción de cereza derivadas de la presencia de la Drosophila suzukii en 2023.
Las autoridades estudian “la viabilidad de una ayuda financiera excepcional” por las pérdidas en la producción de cereza
También ha aprobado “las cuatro solicitudes de derogaciones presentadas por el sector, dado que no suponen riesgos comprobados para la salud humana”, aunque no se ha precisado la lista de sustancias.
Por último, el Ministerio de Agricultura de este país ha anunciado la elaboración de un “plan de acción plurianual, en colaboración con los principales operadores del sector de la cereza y de los investigadores”.
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