El servicio de estadísticas del Ministerio de Agricultura francés (Agreste) ha revisado a la baja los rendimientos del maíz y de la remolacha en Francia, que sitúa ahora en el nivel más bajo desde principios de la década del 2000.
En el caso de la remolacha estima un rendimiento de 64,9 toneladas por hectárea (-20,2 toneladas menos que el año pasado), que es el más bajo desde el año 2001. La sequía de la primavera y después la del verano, unidas a la enfermedad del amarilleamiento, explican esta evolución, más acusada al sur del Sena. Agreste estima que se obtendrán 27,2 millones de toneladas de remolacha, un 29,3% menos que la media del período 2015-2019.
En cuanto al maíz grano, se anuncia un rendimiento de 81,4 quintales por hectárea (frente a los 86,3 quintales de 2019), que es el más bajo desde 2005. Este cultivo ha sufrido también el impacto de la sequía. La producción se estima en 13,7 millones de toneladas, un 5,7% más que el año pasado debido a que la superficie ha aumentado en 181.000 hectáreas.
De maíz forrajero se esperan 16,6 millones de toneladas (+1,6% respecto a 2019), aunque Agreste señala que el reparto de la superficie entre maíz grano y maíz forrajero podría revisarse en las próximas estimaciones.
Menos competencia de Ucrania
Por otro lado, Francia, con una producción de maíz mayor que la del año pasado (a pesar de la fuerte caída de los rendimientos), se beneficia de una menor competencia ucraniana en los mercados exteriores.
A la vista de ello, FranceAgriMer ha revisado al alza su previsión de exportación de maíz francés a la UE en la presente campaña 2020/21, que sitúa ahora en 4,3 millones de toneladas (153.000 toneladas más que en la estimación anterior). Es una “situación bastante excepcional”, que muestra “la buena competitividad de la oferta francesa en el mercado europeo”, según este organismo, dependiente del Ministerio de Agricultura.
Esta situación se debe a la corta cosecha de Ucrania, cuyas exportaciones podrían situarse en 22,5 millones de toneladas, frente a los 29 millones de la campaña anterior. Esto sirve de consuelo a los productores galos, desanimados por los cortos rendimientos obtenidos.
La firmeza de los precios también es una buena noticia, aunque ello supone una menor incorporación de este cereal en la alimentación del ganado (se estiman 3,1 millones de toneladas frente a los 3,2 millones previstos el mes pasado).
En el mercado mundial las cotizaciones del maíz se encuentran “en su nivel más alto desde 2014”, según FranceAgriMer. “La demanda de China altera los intercambios”, añade.