Francia, líder europeo en producción agrícola, ha incitado a comenzar una «guerra» contra los pesticidas como los de la multinacional Monsanto, que fue condenada el viernes 10 de agosto a indemnizar con 289 millones de dólares a un jardinero estadounidense enfermo de un cáncer terminal que había usado glifosato.
El ministro de Ecología y número tres del Gobierno de Emmanuel Macron, Nicolas Hulot, realizó unas «explosivas críticas» contra la estadounidense Monsanto (adquirida el pasado junio por la alemana Bayer) y han puesto al orden del día el polémico debate sobre la conveniencia de usar herbicidas con glifosato.
Según denunció el ministro francés, «Monsanto Bayer no tiene, en ningún caso, como objetivo el bienestar de la humanidad», pero sí «el de sus accionistas».
Ante estas declaraciones, el presidente de Bayer en Francia, Frank Garnier apuntó que «Bayer está convencido de que el glifosato no supone un peligro para la salud humana cuando se usa de acuerdo con las recomendaciones de uso».
«Estos productos son objeto de una evaluación sistemática de todas las agencias sanitarias del mundo, especialmente la europea y la francesa», sostuvo el representante de la multinacional alemana, quien juzgó que los pesticidas y herbicidas son esenciales para los agricultores.
Discrepancias científicas sobre el glifosato
En este contexto, cabe destacar que existen discrepancias científicas sobre el glifosato. Según algunos estudios, entre ellos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un perturbador endocrino y una «probable» sustancia cancerígena.
Por su parte, otras autoridades científicas europeas (ECHA y EFSA) y las de países como EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón difieren de la postura del la OMS.
La dependencia del glifosato es notable en Francia, ya que se estima que se usan alrededor de 9.000 toneladas al año, 7.000 para fines agrícolas y 2.000 para los jardines.
No obstante, el Gobierno galo se comprometió a acabar con el glifosato de aquí a tres años, siempre y cuando se encuentren alternativas, mientras que en la Unión Europea (UE) se renovó a finales de 2017 por cinco años el uso de ese producto en una polémica votación.
Por su parte, el principal sindicato de los profesionales de la agricultura, la Federación Departamental de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FDSEA), ha sido una de las voces opositoras a la retirada inmediata del glifosato, pues, a su juicio, les debilita en su competencia con otros Estados de la UE que sí usan este herbicida.