Mejorar el etiquetado de las mezclas de miel, reforzar la trazabilidad y los métodos de análisis y realizar controles sistemáticos de las importaciones de países terceros. Estas son las peticiones de las organizaciones y cooperativas agrarias de la UE para hacer frente a los fraudes en las mieles importadas, de cara a la revisión de la directiva sobre la miel que prepara la Comisión Europea.
Frente a los numerosos fraudes constatados en las importaciones de miel, las organizaciones y cooperativas agrarias de la UE (COPA-COGECA) lanzaron hace unos días una campaña de comunicación en redes sociales en la que piden a la UE que actúe. La actividad de los apicultores se vio afectada en 2022 por unas condiciones meteorológicas desfavorables y unos costes de producción (principalmente de la energía) muy elevados, pero sobre todo fueron las importaciones las que se dispararon: las procedentes de China crecieron en un 29,5% y las de Argentina en un 26%, los dos principales países terceros que exportan miel a la UE.
Las importaciones procedentes de China crecieron en un 29,5% y las de Argentina en un 26%
Tal y como muestra el análisis publicado recientemente por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, buena parte de esas importaciones no cumple con las exigencias de la directiva europea sobre la miel debido principalmente a la mezcla ilegal con jarabes de azúcar. En concreto, de acuerdo con ese estudio, el 46% de las mieles importadas en la UE estarían incumpliendo la normativa comunitaria.
Esta “competencia desleal no puede durar más”, según el grupo de trabajo de miel del COPA-COGECA. Su presidente, el finlandés Stanislav Jas, advirtió que “las ayudas concedidas en algunos Estados miembros son cortoplacistas. Lo más urgente es luchar contra el fraude e imponer medidas estrictas en las fronteras de la UE”. Ahora que la Comisión está ultimando una revisión de la directiva europea sobre la miel, pide que esta incluya el etiquetado obligatorio del origen de las mezclas de miel.
El COPA-COGECA pide también la mejora de la trazabilidad (con la creación de un centro de referencia para la miel cuyo objetivo sea actualizar una lista de métodos de laboratorio para detectar los fraudes) y controles sistemáticos en las fronteras, en particular de las importaciones a granel.
Cinco grandes países importadores
El alcance del fraude podría ser aún más importante del constatado por el Centro Común de Investigación. Según Étienne Bruneau, del Centro Apícola de Investigación y de Información de Lovaina (Bélgica), “los jarabes de azúcar -los chinos en primer lugar- que se utilizan para esta adulteración están expresamente fabricados (y adaptados en función de los avances técnicos) para pasar los controles. Es una verdadera carrera contra los avances tecnológicos, como ocurre con la lucha contra el dopaje”. Y no existe actualmente ningún método oficial para analizar los fraudes.
Los apicultores del COPA-COGECA piden también a los Estados miembros que importan más miel de países terceros (y especialmente de China) -a saber, Alemania, España, Polonia, Bélgica y Portugal- que participen más activamente en el control de las importaciones.