Ayer hubo dos fotos en las que se puede resumir la situación del campo en estos momentos. La primera de ellas nos muestra a los ganaderos de Cantabria por las calles de la capital y por El Sardinero, con sus tractores y vehículos. Es el fiel reflejo de lo mal que lo está pasando el subsector ganadero por la confluencia de una serie de factores como la subida de los costes de producción, el bajo precio de la leche, el incumplimiento de la Ley de la Cadena, la política del Gobierno protagonizada por Teresa Ribera respecto al lobo y todo ello ante la desidia de un ministro, el de Agricultura, Luis Planas, que sigue poniéndose de perfil cada vez que hay un problema y nuevamente «desaparecido», como reflejaban las pancartas enarboladas por los manifestantes en las calles de Santander.
La segunda foto nos lleva a las tierras inundadas a causa de las últimas lluvias y el desbordamiento del Ebro y sus afluentes en el País Vasco, Navarra, la Rioja y Aragón. De momento, lo único que se puede decir es que hay daños muy importantes, imposibles de evaluar mientras las aguas no vuelvan a su cauce. Y el invierno está a la vuelta de la esquina.
Por otro lado, hoy tiene lugar en Bruselas la última reunión de este semestre del Consejo Agrícola de la UE, a la espera de que Francia, la primera potencia agraria, asuma la presidencia durante el próximo, que se presenta muy cargado de asuntos en lo que respecta a la política agraria. El más importante de todos ellos será la labor fiscalizadora de la Comisión Europea, que debe otorgar su visto bueno a los Planes Estratégicos (PEPAC) que remitan cada uno de los Estados miembros antes de que acabe 2021. En el caso de España, Planas ya lo da por prácticamente cerrado y la semana pasada «toreó» una vez más a los consejeros de Agricultura en la última reunión de la Conferencia Sectorial.
Ahora la pelota está en el tejado del Ministerio para la Transición Ecológica, que debe aprobar el citado proyecto antes de remitirlo a Bruselas. Teresa Ribera, aquí, y Timmermans, allí, tienen la última palabra.