El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, inicia este lunes -5 de noviembre- un viaje a Bruselas, junto a los representantes de las principales organizaciones profesionales agrarias y cooperativas agroalimentarias de la región, para trasladar a la Unión Europea «la posición firme y común» de todo el sector agrícola y ganadero y del Ejecutivo autonómico para garantizar el presupuesto de la Política Agraria Común (PAC) dentro del interés estratégico, social, económico y demográfico que hay en torno a ella.
En este viaje, en el que también participa el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, el presidente regional mantendrá un encuentro con el eurodiputado italiano Paolo de Castro, ponente en la Eurocámara de las negociaciones en la reforma de la PAC y uno de los vicepresidentes de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo, a quien trasladará las reivindicaciones de Castilla-La Mancha, que pasan por rechazar cualquier recorte en estas políticas.
Esta iniciativa de Castilla-La Mancha ante las instituciones comunitarias cuenta con el respaldo de los representantes del sector, ya que en la misma participan también los secretarios generales de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Julián Morcillo; el de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), José María Fresneda; el de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Ángel Estanislao Galve; y el presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias, Ángel Villafranca, entre otros.
En esta reunión participarán asimismo Clara Aguilera, vicepresidenta también de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo, así como la directora general adjunta de Agricultura de la Comisión Europea, María de los Ángeles Benítez Salas.
Agenda de García-Page
La agenda del presidente en Bruselas comenzará con una visita a la nueva sede operativa de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV) -organismo del que García-Page es su máximo responsable desde 2017- después de su traslado desde la pequeña localidad francesa de Châlons-en-Champagne a la capital belga.
Se trata de uno de los objetivos logrados bajo la presidencia de García-Page en la AREV, que, de este modo, permitirá a la organización ejercer una mayor influencia en la toma de decisiones sobre la política vitivinícola en Europa.