El ministro de Consumo, Alberto Garzón, se reafirmó el martes 15 de febrero en el Senado en sus críticas contra las macrogranjas pero negó estar en contra de los ganaderos y haber dicho que en zonas de España como Castilla y León se exporta carne de mala calidad.
Lo hizo durante el Pleno de la Cámara Alta donde respondió a una pregunta del senador popular Jorge Martínez Antolín sobre las polémicas declaraciones del titular de Consumo publicadas en el período británico The Guardian sobre la carne y las macrogranjas. En concreto, Martínez Antolín, senador por Palencia, preguntó a Garzón si seguía pensando «que en Castilla y León se exporta carne de mala calidad de animales maltratados».
El ministro respondió tajante: «Me reafirmo en todo aquello que dije y no tengo que decir nada que no dije (…) y eso que usted ha expresado, incluyendo el adjetivo, no lo dije yo».
«Me reafirmo en todo aquello que dije y no tengo que decir nada que no dije»
En el turno de réplica, durante el que el presidente del Senado, Ander Gil, tuvo que poner orden y llamar al silencio al Pleno, Martínez Antolín reiteró argumentos del PP sobre el daño que las declaraciones de Garzón hicieron al sector ganadero. También insistió en que Garzón debería haber dimitido, haber pedido perdón a los ganaderos y le acusó de criminalizar un sector «pujante» que da trabajo a 2,5 millones de personas, durante sus dos años en el Gobierno.
A estas afirmaciones, Garzón respondió que el PP e Izquierda Unida tienen bastantes discrepancias como para inventar una nueva y que el propio senador popular «ha reconocido que ni leyó las declaraciones» de The Guardian.
El titular de Consumo recalcó que el modelo de macrogranjas ha sido cuestionado en muchos ámbitos porque «condensa» varias crisis -la económica, la social y la ambiental- y está «desplazando a los ganaderos» de las explotaciones familiares y extensivas, además de expulsar a los habitantes de los pueblos por la contaminación y los olores.