El ministro alemán de Agricultura, Cem Özdemir, ha pedido este lunes, 23 de octubre, a la Comisión Europea que tenga en cuenta que entre los Estados miembros de la Unión Europea no ha habido por el momento una mayoría cualificada para apoyar la renovación del uso del glifosato durante diez años más.
A su llegada a la reunión de titulares de Agricultura de los Veintisiete que se celebra en Luxemburgo el ministro alemán apuntó que «la Comisión debería tomar en consideración que no hay mayoría cualificada (entre los Estados miembros). Creo que ese es un claro mensaje hacia la Comisión y la Comisión debería tomar eso en consideración y extraer las lecciones adecuadas de que no queremos glifosato».
Cabe recordar que el 13 de octubre los Estados miembros de la Unión Europea, reunidos en el Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos (Scopaff), votaron la propuesta de la Comisión de renovar, por 10 años, el uso del glifosato, pero no se alcanzó la mayoría necesaria para aprobar o rechazar la iniciativa.
En consecuencia, la propuesta se presentará al Comité de Apelación y se espera que debata y vote sobre la propuesta de la Comisión en la primera quincena de noviembre.
Si en esa nueva cita tampoco se logra una mayoría a favor o en contra, corresponderá a la Comisión Europea decidir si aprueba o no la prolongación del uso del glifosato en la Unión Europea.
El ministro alemán, perteneciente a Los Verdes, afirmó que la postura de su Ministerio es la de rechazar la prolongación del uso del glifosato, pero lamentó que en el Gobierno de coalición germano, formado por ecologistas, liberales y socialdemócratas, no hay «una posición conjunta».
Francia considera que la propuesta de Bruselas para prolongar el uso del glifosato «no es satisfactoria»
Su homólogo francés, Marc Fesneau, indicó que la propuesta que ha elaborado la Comisión Europea para prolongar el uso del glifosato «no es satisfactoria» y aseguró que ese herbicida se necesita en determinados ámbitos, pero que su uso también se puede reducir.
Insistió en que la posición de Francia es que no puede haber prohibiciones de uso del glifosato «sin alternativas y soluciones creíbles», mientras que donde se pueda reducir, se debe llevar a cabo esa disminución.