La prohibición inmediata del glifosato, al igual que otros plaguicidas en el campo, impactará en la seguridad alimentaria de México, con efectos inflacionarios, según advierte el Gobierno de este país, que asegura que no promueve ni utiliza este agroquímico.
Según explica el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) de México, Víctor Villalobos, con esas acciones se está cumpliendo con el decreto presidencial para sustituirlo gradualmente. Cabe recordar que el decreto que prohíbe el uso del glifosato se publicó el 31 de diciembre de 2020 en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Durante su participación en el primer parlamento abierto en materia de Plaguicidas y Fertilizantes en el Senado mexicano, Villalobos apuntó que entre los productores mexicanos existe la conciencia de que la agricultura del país debe transitar hacia una producción más sostenible.
La prohibición inmediata del glifosato presionaría al alza el precio de los alimentos básicos
Para ello, señaló, se requiere de un periodo de adaptación, evaluación de tiempos de control y análisis costo-beneficio de los distintos sistemas de producción. También advirtió «del riesgo para la seguridad alimentaria que implicaría la prohibición inmediata del uso del glifosato» y plaguicidas pues impactaría en la producción en sus rendimientos y costes. Así como «la disponibilidad de alimentos y presionaría al alza el precio de los más básicos y afectaría, en primer lugar, a la población más vulnerable».
El el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural expuso que, según las estimaciones, afectaría entre el 30% y el 40% de la producción de alrededor de 64 cultivos agrícolas y se requerirán alternativas viables (eficientes, sostenibles y rentables para el productor, principalmente) en el control de las malezas, plagas y enfermedades,
Actualmente, añadió Víctor Villalobos, las alternativas al glifosato y plaguicidas «son limitadas, menos eficientes en tiempos de control y más costosas».
