La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha asegurado que el herbicida glifosato no presenta motivos serios de preocupación. Sin embargo, reconoce que existen lagunas en algunas áreas en las que no se ha podido finalizar la evaluación de riesgos.
Estas son las principales conclusiones a las que ha llegado la agencia europea en su revisión de la evaluación de riesgo del glifosato llevada a cabo por las autoridades en cuatro países de la Unión Europea (UE) y que servirá a los legisladores para decidir sobre la renovación o no de la autorización de su uso.
La «preocupación crítica» aparece cuando esta afecta a todos los usos propuestos de la sustancia activa bajo evaluación
Por lo tanto, la EFSA «no identifica áreas críticas de preocupación» sobre el impacto de esa sustancia en la salud de las personas, los animales y el medioambiente. La «preocupación crítica» aparece cuando esta afecta a todos los usos propuestos de la sustancia activa bajo evaluación, de modo que se previene de su aprobación o renovación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó este producto en 2015 como «probablemente cancerígeno para los humanos», aunque el año pasado la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) llevó a cabo una evaluación del peligro del glifosato y concluyó que no cumplía con los criterios científicos para ser clasificado como sustancia cancerígena, mutagénica o reprotóxica.
La EFSA ha utilizado la clasificación de peligrosidad de la ECHA para los propósitos de la evaluación de riesgos de la UE sobre el glifosato.
Desde el punto de vista de la ecotoxicología, se identifica un alto riesgo a largo plazo para los mamíferos en 12 de los 23 usos propuestos del glifosato, de acuerdo con un enfoque conservador de la evaluación de riesgos, aunque no se precisan cuáles son esos usos.
Desde el punto de vista de la ecotoxicología, se identifica un alto riesgo a largo plazo para los mamíferos en 12 de los 23 usos propuestos del glifosato
La autoridad europea ha reconocido que han quedado sin finalizar las evaluaciones referidas a una de las impurezas en el glifosato, el riesgo dietético del consumidor y los riesgos para las plantas.
Los asuntos pendientes incluyen, entre otros, la falta de información sobre la toxicidad de uno de los componentes presentes en la formulación de plaguicidas a base de glifosato presentada para la evaluación, aunque no hubo indicios de toxicidad aguda y de capacidad de dañar material genético.
Han quedado sin finalizar las evaluaciones referidas a una de las impurezas en el glifosato, el riesgo dietético del consumidor y los riesgos para las plantas
Para la biodiversidad, los expertos de la EFSA han reconocido que los riesgos asociados con los usos representativos del glifosato son «complejos y dependen de muchos factores», al tiempo que han echado en falta la armonización de metodologías y objetivos de protección específicos acordados a nivel internacional.
La información disponible al respecto no permite extraer conclusiones firmes y los legisladores pueden considerar la adopción de medidas de mitigación.
El glifosato es una sustancia química usada en herbicidas que está autorizada hasta el 15 de diciembre de 2023 en la Unión Europea, por lo que la revisión realizada por la EFSA forma parte del proceso legal de renovación de la autorización de su uso.