Suponiendo primero que se pueda formar un Gobierno estable tras las elecciones de ayer, uno de los retos más importantes que tendrá el nuevo equipo ministerial, independientemente de su color, es la política en materia de aguas.
Se trata de un asunto espinoso y escabroso en el que hay elementos racionales, pero también un fuerte componente irracional. Aunque en los dos debates a cuatro que tuvieron lugar la semana pasada no salió a relucir este asunto, se trata de uno de los prioritarios que tiene España y que afecta a todos los ciudadanos, aunque para los agricultores sea clave.
Hace falta un Pacto de Estado por el Agua entre las fuerzas más representativas y encontrar un mínimo denominador común para no andar dando bandazos y resolver los problemas.
Uno de los retos más importantes que tendrá el nuevo equipo ministerial es la política en materia de aguas
El regadío es una de las salidas que tiene una parte del sector agrario, pero para hacerlo posible falta clarificar la política hidráulica. La transformación de tierras de secano es una de las medidas para luchar contra la despoblación, porque está demostrado que allí donde hay riego aumenta la riqueza y se fija población en el medio rural. Éste es otro de los retos del nuevo Gobierno, el de frenar el declive de una gran parte de la España interior.
Al nuevo Ejecutivo no le va a quedar más remedio que meterse a fondo a reformar el sistema de seguros agrarios, que debería pasar por la desaparición del monopolio de Agroseguro. Desde este «pool» de empresas aseguradoras vienen avisando de la necesidad de subir las primas en prácticamente todas las líneas de seguros. Curiosamente, no hablan de bajar las prebendas de sus directivos y consejeros ni sus planes de jubilación. Se avecina tensión.
Artículo de opinión publicado en el diario `La Razón´ el 29 de abril de 2019. El Galgo Apeles: César Lumbreras