«En su mayor parte, el nivel de hambre e inseguridad alimentaria en el mundo no ha cambiado en los dos últimos años». Esta es la conclusión a la que llegaron la FAO, el FIDA y la OMS en un informe conjunto sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo.
Los autores señalan que la falta de mejora de la seguridad alimentaria -inseguridad alimentaria moderada o grave que afecta al 28,9% de la población mundial- y los progresos desiguales en el acceso económico a alimentos sanos -un tercio de la población incapaz de permitirse una dieta sana en 2022– ponen en duda la posibilidad de eliminar el hambre en el mundo para 2030. Indican que 582 millones de personas, la mitad de ellas en África, sufrirán desnutrición crónica en 2030 si continúa la tendencia.
En concreto, el informe indica que casi 733 millones de personas, alrededor del 9% de la población mundial, pasarán hambre A nivel regional, el documento revela disparidades. África es la región con mayor proporción de personas que padecen hambre, con un 20,4%, frente a Asia (8,1%), Oceanía (7,3%) y América Latina y el Caribe (6,2%).
Sin embargo, en cifras absolutas, Asia es la región con más personas que padecen hambre, con 384,5 millones, frente a los 298,4 millones de África.
Guerras, catástrofes climáticas y crisis económicas
El mundo ha retrocedido 15 años en la lucha contra el hambre, con niveles de subalimentación comparables a los de 2008-2009, debido a las guerras, la crisis climática, la pérdida de poder adquisitivo corroído por la inflación, la falta de financiación y la creciente desigualdad social. Estos fenómenos, en especial las guerras, las catástrofes climáticas y las crisis económicas, «son cada vez más frecuentes y graves», indica el informe.
Los estragos de la pandemia del Covid-19 permanecen. Actualmente, hay 152 millones de personas más que pasan hambre en comparación con 2019. Entre 2022 y 2023 sí hubo avances en los índices de retraso en el crecimiento y la lactancia materna exclusiva, pero el acceso a una alimentación adecuada continúa siendo una quimera «inalcanzable» para muchos. El año pasado, alrededor de 2.330 millones de personas, es decir, casi un tercio de la población mundial se enfrentó a una inseguridad alimentaria moderada o grave, prácticamente el mismo nivel que se alcanzó durante la crisis del coronavirus, según indica el informe.
El informe de este año destaca la necesidad «urgente» de «una financiación mayor y más rentable, con una definición clara y estandarizada» en pro de la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente en los países pobres.