Uno de los asuntos más importantes del próximo trimestre, hasta que llegue el paréntesis del verano, es el paquete de medidas para flexibilizar la PAC, que la Comisión Europea tiene previsto presentar el 14 de mayo, víspera de San Isidro. Días atrás se ha filtrado en Bruselas una parte de su contenido y, si no cambian las cosas, la verdad es que lo que se ha conocido son cambios, no menores, sino muy menores. En caso de confirmase esto, nos encontraríamos ante una nueva desilusión en lo que respecta a las expectativas que se habían creado cuando se conoció el nombramiento como comisario de Agricultura del luxemburgués Hansen.
Conviene recordar que la primera desilusión llegó cuando este presentó su paquete para apoyar al vino. Es verdad que se recogían algunas de las medidas que solicitaba el sector, pero también es cierto que no se ha puesto ni un euro adicional para ese apoyo.
La verdadera prueba de fuego para conocer el peso político de Hansen dentro del colegio de comisarios llegará cuando se conozca la propuesta de la CE sobre el Marco Financiero 2028-34
Y conviene recordar también que la flexibilización de las normas de la PAC fue, y lo sigue siendo, una de las principales reivindicaciones de los agricultores y ganaderos europeos cuando se movilizaron de forma masiva a principios del año pasado.
Sin embargo, la verdadera prueba de fuego para conocer el peso político de Hansen dentro del colegio de comisarios del que forma parte llegará cuando se conozca la propuesta de la Comisión Europea sobre el Marco Financiero de la UE para 2028-34. En este documento deberá recogerse la cantidad de dinero que habrá para financiar la PAC y, por lo tanto, la “pasta” que llegará al bolsillo de los beneficiarios de las ayudas directas.
Eso es lo que se está cociendo ahora mismo entre bambalinas. Mientras tanto, el crédito de Hansen ha comenzado a agotarse ya. Veremos si pone toda la carne en el asador y si sus colegas le dejan y respetan. Por utilizar un término ganadero ahí es dónde está la madre del cordero.
