La censura es tan antigua como el mundo. Por eso, nuestro historiador de cabecera, Ramón Fernández, ha recopilado algunas anécdotas al respecto.
Según explicó, hay casos que llegan hasta nuestros días, como, por ejemplo, el cuadro ‘El origen del Mundo’ de Gustave Courbet, pintado en 1866, que muestra una vulva femenina. Esta pintura se encuentra en un museo parisino, sin embargo, a cierta red social creada por universitarios que buscaban ligar, y «de cuyo nombre no quiero acordarme, no le pareció bien el desnudo y censuró la imagen».
Otro caso sería la famosa novela de George Orwell, ‘1984’, que fue prohibida en la URSS por considerarla un alegato contra el régimen comunista mientras que en algunas escuelas de EEUU hacían lo propio por estimarla como ‘procomunista’. «Y es que nunca llueve a gusto de todos».
En lo que respecta a España, la censura ha existido en todas las épocas. Carlos IV, por ejemplo, la implantó para prohibir la importación de libros que propagaran las ideas de la Revolución Francesa. Y en la II República las publicaciones tenían que ser “visadas por la censura” gubernativa, que era lo que ponía en las cabeceras.
Los casos más llamativos son los de la época franquista, donde se generaron «episodios surrealistas». Por ejemplo, para evitar la puesta en escena de un adulterio en ‘Mogambo’, acabaron creando un incesto al hacer pasar al matrimonio por hermanos. La censura llegó a generar incluso expectativas no cumplidas, como el célebre revuelo que provocó el guante de Rita Hayworth. Hubo quien pensó que era el comienzo de algo más… Pero hubo más episodios un tanto surrealistas.
La censura dependía mucho del carácter del censor
En este sentido, explicó que la censura dependía mucho del carácter del censor. El cineasta José Antonio Nieves Conde, que era falangista, relataba la anécdota de que un productor se quejó a Franco de que las decisiones del censor de turno le costaban un dineral. “¿Es que ha visto usted a algún censor que no sea tonto?”, contaba Nieves Conde que le respondió Franco.
Por cierto, Nieves Conde también tuvo alguna en ese sentido. En 1951 su rodaje de ‘Surcos’, que mostraba la dureza de la vida rural, le costó el puesto a José María García Escudero, director general de Cinematografía y Teatro, porque hubo quien creyó que había sido poco estricto.
También hay un par de anécdotas divertidas de Bardem y Berlanga, a quiénes les vetaron el guión de ‘La huida’ porque la Guardia Civil disparaba a un atracador y no le alcanzaba. La explicación fue que no se podía ofender a la Benemérita porque donde ponía el ojo, ponía la bala.
Por último, Ramón Fernández apuntó que había quien se tomaba la censura hasta con guasa. Como, por ejemplo, Berlanga, quién relató que un padre dominico, llamado Garau, le hizo tantos cambios al guión de ‘Los jueves, milagro’, una comedia de 1957, que quiso ponerle en los créditos como coguionista. Se lo encargó a Fernando Vizcaíno Casas, que era su abogado, pero al final no lo consiguieron.