La Justicia holandesa mantendrá en prisión preventiva durante las dos próximas semanas a dos administradores de la empresa Chickfriend, acusados de poner presuntamente en peligro la salud pública por el uso del insecticida fipronil.
Los dos sospechosos permanecerán en custodia judicial como principales acusados en la investigación criminal sobre el escándalo del fipronil, sustancia prohibida en la cadena alimentaria en Europa y que fue encontrada en los huevos.
Los investigadores consideran que ambos utilizaron este químico con gallinas ponedoras para luchar contra los parásitos, aunque no especificaron si conocían o no los peligros de esta sustancia. Los detenidos permanecerán incomunicados porque las investigaciones siguen en marcha.
Ambos fueron detenidos el pasado día 10 de agosto a petición del Ministerio Holandés de Alimentación y Bienestar (NVWA), y tras el registro de ocho puntos distintos en los Países Bajos, incluidos los hogares de los sospechosos.
La investigación holandesa se centra en Chickfriend, la compañía sospechosa de haber utilizado el producto, que fue detectado en huevos de Bélgica y Holanda, en establos donde había gallinas y pollos.
Millones de huevos fueron destruidos y otros tantos pollos sacrificados con daños por valor de al menos 150 millones de euros en el sector avícola, según cálculos de empresarios holandeses.
El NVWA continúa recibiendo informes de compañías que pueden haber utilizado el insecticida, por lo que siguen el procedimiento habitual de «bloquear» la producción en estas empresas para investigarlas.
En relación a este asunto, el secretario de Estado holandés para Asuntos Económicos, Martijn van Dam, anunció el 15 de agosto que abandonará su cargo el 1 de septiembre tras las críticas por la crisis de los huevos contaminados.
