El sistema actual de seguridad alimentaria no protege adecuadamente a la población de los pesticidas disruptores endocrinos, que pueden alterar el sistema hormonal y afectar a la salud de las personas. Así lo recoge un estudio elaborado por la Fundación Vivo Sano.
Según la investigación, cada año se esparcen 400.000 toneladas de pesticidas en los 28 países miembros de la Unión Europea, y España es donde más se utilizan (78.000 toneladas al año), de acuerdo a los últimos datos del Eurostat.
En concreto, el informe incide en la ausencia de garantías que ofrece el actual sistema de seguridad alimentaria en relación a estas sustancias. Según el autor de la investigación, Carlos de Prada, la normativa establece unos límites máximos de residuo (LMR) y una ingesta diaria aceptable (IDA) que se basan en criterios oficiales obsoletos.
Asimismo, advierte que los efectos de estas sustancias disruptoras endocrinas son numerosos, desde cáncer hormonodependiente (próstata, testículos, mama) hasta trastornos del metabolismo, como la obesidad y la diabetes.
En este sentido, la Fundación ha informado que la propia Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA) recogió en su informe de 2014 que el 64,7% de las mandarinas, el 60,5% de las naranjas, el 57% de las peras y el 26,6% de los pepinos contenían varios pesticidas en una sola pieza.
Ante esta situación, la Fundación Vivo Sano ha reclamado a las administraciones públicas medidas urgentes para reducir la exposición de la población a los pesticidas disruptores endocrinos como la correcta regulación, información y agroecología.