Las importaciones de carne de porcino por parte de China registrarán este año un descenso del 21% con respecto a 2023, hasta 1,5 millones de toneladas, según las últimas previsiones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Se trata de la cifra más corta desde 2019. Si se confirmara, afirma el organismo, las importaciones chinas volverían a situarse en los niveles previos a la epidemia de peste porcina africana en el país, que empezó a impactar en su producción hacia finales de 2018. A pesar de esta nueva caída, China seguirá siendo el primer importador mundial de este tipo de carne.
Cuando la epidemia de peste porcina africana alcanzó su pico, en 2020, las importaciones llegaron a representar el 13% del consumo de China. Ese porcentaje ha ido disminuyendo a medida que la producción nacional se ha recuperado hasta lograr los niveles previos en el año 2022. Las previsiones para 2024 apuntan a que la producción china de porcino será un 56% más elevada que la de 2020 (llegará a los 56,7 millones de toneladas) y las importaciones apenas representarán el 3% del consumo del país.
El USDA añade que, debido en parte a unas disponibilidades internas elevadas, los bajos precios que se vienen observando desde principios de 2023 han debilitado la demanda de importaciones. En el primer trimestre de 2024, la media de precios de la carne de porcino era un 10% más baja que en el mismo período del año pasado y un 56% inferior a la media del primer trimestre de 2020. Muchos de sus proveedores exteriores tienen dificultades para lograr que sus precios sean competitivos en el mercado chino dados esos bajos precios internos.
Los principales abastecedores -Unión Europea, Brasil y Estados Unidos- buscan mercados alternativos. Sin embargo, esos otros mercados solo compensan en parte la caída de la demanda de China. Como consecuencia de ello, es previsible que aumente la competencia en otros mercados importantes, como Japón, Corea del Sur y Filipinas.
