Esta semana se alcanzó finalmente un compromiso sobre las medidas comerciales autónomas a favor de Ucrania. Aunque se han incorporado más productos en el dispositivo llamado de “freno de emergencia” automático, no se ha incluido al trigo. Se trata de un resultado «inaceptable» para el COPA-COGECA, que algunos Estados miembros intentan impugnar. En respuesta a estas críticas, Bruselas trabaja en paralelo para limitar las importaciones de cereales rusos mediante derechos de aduana.
Los negociadores de la UE llegaron a un acuerdo político sobre la prórroga de las medidas comerciales autónomas a favor de Ucrania hasta el 5 de junio de 2025. Posteriormente validado (por 24 votos contra 10) por la Comisión de Comercio Internacional (Cominta) del Parlamento Europeo, ahora debe ser ratificado formalmente. Por el momento, la situación parece más difícil en el Consejo de la UE, donde las delegaciones han aplazado sus debates hasta el Coreper II del 27 de marzo.
Bruselas trabaja en paralelo para limitar las importaciones de cereales rusos mediante derechos de aduana
El compromiso permite ampliar parcialmente el ámbito de aplicación del dispositivo de “freno de emergencia” automático a algunos cereales y a la miel, que se suman a las aves, los huevos y el azúcar. Sin embargo, mientras que la avena, el maíz y los grañones se incluirán a partir de ahora en el sistema, no ocurrirá lo mismo con el trigo (o la cebada), contrariamente a la posición del Parlamento Europeo.
No obstante, este sector debería ser objeto de especial atención por parte de Bruselas, ya que la Comisión Europea se ha comprometido a «intensificar los controles de las importaciones de trigo y otros cereales» y a «utilizar los instrumentos de que dispone en caso de perturbaciones del mercado».
La propuesta inicial ya preveía un refuerzo de las medidas generales de salvaguardia, ofreciendo la posibilidad de actuar en caso de perturbación importante del mercado europeo o de los de uno o varios países miembros.
Otro cambio que ha introducido el compromiso es la reducción del período de activación de este “freno de emergencia” automático, que pasa de los 21 días que proponía la Comisión Europea a 14 días. Ello obligará a Bruselas a actuar más rápidamente en caso de activación de los umbrales de desencadenamiento.
Por último, el período de referencia para calcular esos umbrales se mantiene: será la media de importaciones de 2022 y 2023 (el Parlamento Europeo y los profesionales querían que se tuviera en cuenta también el año 2021).
Las organizaciones agrarias europeas decepcionadas
La ponente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Sandra Kalniete (Letonia, PPE), que en un principio estaba a favor de la propuesta inicial de la Comisión Europea, se ha mostrado satisfecha con el acuerdo por considerar que el Parlamento Europeo ha respondido a las preocupaciones del sector al reforzar las medidas de salvaguardia, que “reducirán la presión sobre los agricultores de la UE si se vieran inundados por un aumento repentino de las importaciones procedentes de Ucrania”.
Por el contrario, la francesa Anne Sander, de su mismo grupo político, cree que “no salen las cuentas” y que “continuará la desestabilización del mercado de la UE”; Sander subraya la no inclusión del trigo en el dispositivo y recuerda que “los años de referencia (…) no son los adecuados, puesto que en esos años los volúmenes de importación ya se habían disparado”.
Las organizaciones y cooperativas agrarias de la UE (COPA-COGECA) comparten esa posición. Su presidenta, Christiane Lambert, ha precisado que “sin el cambio en los años de referencia y sin inclusión directa del trigo, esta propuesta no responde a las preocupaciones de los productores y sigue siendo inaceptable”.
En Ucrania, las empresas agrícolas (UCAB, Ukrainian Agrobusiness Club) han manifestado su satisfacción por el compromiso final, ya que temían que las enmiendas del Parlamento Europeo podrían “agravar la situación económica, financiera y social de Ucrania y afectar considerablemente a la disuasión de la agresión rusa”.