Unión de Uniones ha pedido que las indemnizaciones por sacrificio obligatorio de animales se adapten a la realidad del mercado. Tras haber realizado un estudio sobre la evolución de los precios del mercado de ganado para vida en comparación con las indemnizaciones por sacrificio obligatorio para la lucha contra las enfermedades más frecuentes, la organización ha constatado que las compensaciones recibidas por un sacrificio obligatorio no llegan a poder reemplazar el animal.
Unión de Uniones, que ya manifestó la necesidad de llevar a cabo nuevos controles para detectar eficientemente la tuberculosis bovina, también considera que se está dando al ganadero una «infracompensación en los baremos de indemnización por sacrificio obligatorio (que también se aplican en brucelosis bovina, ovina y caprina, lengua azul y encefalopatías)».
Están regulados por el Real Decreto 389/2011 y, a pesar de que se ha actualizado en distintas ocasiones, «no se han actualizado los baremos de indemnización», recoge la organización.
En este sentido, ha recordado que el sistema de indemnización establece la aplicación de de baremos según la situación sanitaria y características de la explotación. Por lo tanto, si se procede al sacrificio obligatorio por parte de los animales de la explotación, se compensa al ganadero con el 85% del valor establecido para la especie y grupo de edad del que se trate. En caso de vacío sanitario, se indemniza con el 100% del valor.
Unión de Uniones ha enviado el informe al Ministerio de Agricultura para pedirle un cambio en el sistema de baremos
Se puede incrementar este valor con un complemento en caso de decomiso total, o bien en caso de pertenecer a una Asociación de Defensa Sanitaria Ganadera, que el animal sea raza autóctona o producir en ecológico. Esto, sin embargo, no tiene en cuenta las variables propias del mercado que hacen que, dependiendo del momento, pueda cambiar el valor de los animales.
Ante esta situación, Unión de Uniones ha enviado el informe al Ministerio de Agricultura para pedirle un cambio en el sistema de baremos que se adapte a las variaciones del mercado para vida y que compense «suficientemente» la pérdida de producción y el «lucro cesante de todos» los perjuicios derivados de la aparición de la enfermedad en granja.
También han reclamado que, en su papel de coordinación de las políticas en este ámbito con las comunidades autónomas, se avance para que «todas» recojan ayudas complementarias y se mejore las existentes.